Quiénes son los Infernales, los mutantes de Marvel que son la antítesis de los X-Men
Publicado el 15/09/2025 por Diario Tecnología Artículo original
No es lo mismo ser un enemigo declarado que posicionarse en la dirección opuesta. Al menos, a la hora de plantear una rivalidad. Los integrantes de la Patrulla X de Marvel lo saben bien. Durante décadas hemos visto cómo los alumnos de Charles Xavier, los X-Men, se han enfrentado a formaciones como la Hermandad de Mutantes, El Club Fuego Infernal y hasta a los cuatro jinetes del Apocalipsis. El caso de los Infernales, sin embargo, es muy diferente.
Por darte una imagen rápida, los Infernales (The Hellions en inglés) son el reflejo que hay al otro lado del espejo de los X-Men. También son mutantes y, desde luego, representan ese espíritu inadaptado. Sin embargo, sus métodos y motivaciones representan la alternativa a los valores fundacionales de la Escuela para Jóvenes Talentos de Xavier y todo lo que llegó después. ¿Se trata de villanos? Bueno, la primera gran diferencia es que les da exactamente igual que se les ponga esa etiqueta. Están por encima de ella.
La Anti-Patrulla X de Chris Claremont y Sal Buscema

Lo primero es lo primero: de cara al lector, originalmente los Infernales eran son el equivalente de los X-Men a lo que podrían ser el Escuadrón Suicida o los Thunderbolts, sino su antítesis por definición. Lo vienen siendo desde su aparición, en el número 16 de los Nuevos Mutantes (de 1984), y desde entonces han preservado -con matices- esa identidad de contrapartida oscura perderla, con descaro, durante las series actuales y en curso. Incluso cuando entre sus miembros más destacados de penúltima etapa encontramos a Psylocke (Kwannon) o a Havok bajo la batuta del Sr. Siniestro.
A partir de ahí, la razón de ser original de los Infernales, la causa de su creación y hasta su nombre delatan su origen ya que, como formación de mutantes, se trata de una iniciativa de Emma Frost, cuando era la Reina Blanca y parte del Club Fuego Infernal. Como es natural, sus pretensiones estaban en el polo opuesto de lo que se estaba llevando a cabo en la Mansión X y, para reflejarlo de manera sencilla al lector, los uniformes no usaban los colores azulados y dorados de los X-Men, sino el rojo, el negro y el blanco.
Sobra decir a los guionistas de la era de bronce de los cómics no estaban obligados a justificar la existencia de grupos de villanos, pero la versión corta detrás de los Infernales es que Frost, en su etapa de villana clásica, quiso contar con un séquito de jóvenes mutantes con talentos excepcionales y leal a su causa que no solo pudiesen adoctrinar y fortalecer, sino también enviar a iniciativas para oponerse a los X-Men. Tanto en los métodos como en sus motivaciones.
Lo particular aquí aparece al establecer los paralelismos y diferencias entre la agrupación original de los infernales y el proyecto de Charles Xavier: al igual que la Patrulla X se creó una institución, una Academia en Massachusetts, que servía para formar sus mentes, su ética y sus habilidades mutantes. Con una filosofía más agresiva y manipuladora que la de los X-Men.
No obstante, y esto es importante, a Emma Frost no le dió reparo usar sus propias habilidades telepáticas para persuadir o terminar de "convencer" a los candidatos más destacados que no estaban interesados en participar de manera voluntaria. Con todo, a menudo se ha presentado a sus miembros como víctimas del sistema mutante, marginados o utilizados por intereses ocultos.
Como ocurrió al comienzo de la serialización de los X-Men, los cómics originales de Stan Lee y Stan Lee, Jack Kirby, la etapa inaugural de los Infernales durante sus comienzos arrancó con muy pocos miembros y un objetivo muy específico, destacando a Émpata (Manuel de la Rocha), Ruleta (Jennifer Stavros) o Ave de Trueno (James Proudstar) quienes decidieron lleva a cabo iniciativas contra la Patrulla X alentados por un genuino sentimiento rivalidad, odio y hasta la venganza.
La caída y el resurgir de los Infernales

Siendo justos, el lector sabía perfectamente que aquellos no eran los villanos habituales a los que se enfrentaban los mutantes heroicos de los cómics. La transición entre la Edad de Bronce de la era clásica del cómic de Superhéroes y la renovada Edad Moderna se palpaba con tramas que pertenecían a ambos periodos:
- Por un lado estaba el hecho de que Émpata usase sus poderes para seducir a Estrella de Fuego (sí, la de la serie animada de Spider-Man y sus sorprendentes amigos) para unirse a su causa.
- Por otro, se aborda esa madurez y arco de redención que poco a poco veríamos en personajes que llegan a la conclusión de que el fin no siempre justifica los medios, como James Proudstar al descubrir que la venganza por la pérdida de su hermano, quien se unió a los mutantes de Xavier en la segunda génesis de la serie de cómics, no era ni la respuesta, ni la solución.
Era cuestión de tiempo que, tras rivalizar y hasta tender lazos con otros mutantes, incluyendo los Nuevos Mutantes, aquella iniciativa orquestada por Emma Frost quedase desmantelada. Sobre todo, cuando los acontecimientos se llevaron por delante varios miembros que, quizás, no tenían tanto recorrido editorial en otras series.
A fin de cuentas, durante la gran reestructura, los cambios de roles y la revolución mutante de la década de los 90s en los cómics, había que ser selectivo con qué fichas había en un tablero cada vez más cargado de personajes y tramas. Sobre todo, cuando se confundían y hasta mezclaban con los de la propia DC.

No obstante, Marvel hizo dos tentativas por de resucitar a los Infernales antes de lograrlo: la primera fue una iniciativa de corto recurrido obstinada con atacar la Generation X, la nueva iniciativa de una Emma Frost reformada con afinidad hacia los X-Men; y la segunda un grupo que directamente se autoproclamó los Nuevos Infernales con algunos de los miembros originales sorprendentemente resucitados. Visto con perspectiva, aquellas iniciativas solo sirvieron para mantener el recuerdo vivo.
Así, ya tras el cambio de milenio, Marvel reforzó su apuesta por los Infernales, aunque su razón se ser ya no era ser el reverso oscuro de los X-Men, sino una suerte de "enfant terribles" dentro del Instituto Xavier de Estudios Superiores y bajo la tutela de la directora Emma Frost.
Una iniciativa cuyo mayor hito derivó en una miniserie de cuatro números con un título que ya era una declaración de intenciones: New X-Men: Hellions. La temática de ésta, sin embargo, también define muy bien su razón de ser: la nueva generación de jóvenes Infernales van a pasar el verano en California. ¿Es que ya no había buenas ideas para la antítesis de los X-Men?
Los Infernales en la actual Marvel Comics
De cara al tramo final me vas a permitir que haga una puntualización necesaria: pese a que a lo largo del texto ha habido conceptos que son sencillos de ubicar como la naturaleza de los X-Men o la existencia del Club del Fuego Infernal (los cuales están muy bien representados en los cómics, las películas y los videojuegos) de cara a entender el renacer de los Infernales merece la pena dedicarle unas pocas palabras a las dos etapas que han definido el estado actual de los cómics de mutantes: la Era de Krakoa y la caída de Krakoa.
La Era de Krakoa fue una etapa revolucionaria en la franquicia de los X-Men. A nivel editorial su publicación se puede acotar entre 2019 y 2024, dando pie a miniseries de calado como La Dinastía de X y Potencias de X. Su objetivo, más que cumplido, fue darle a los mutantes un cambio radical de su statu quo creando una nación soberana en la isla viviente de Krakoa en la que todos los mutantes (héroes y villanos) conviven bajo un gobierno propio llamado el Consejo Silencioso.

A través de esta iniciativa, el guionista Jonathan Hickman creó un caldo de cultivo para grandes historias y, claro, era necesario que alguien se encargase de hacer el trabajo sucio. Por ello, el Sr. Siniestro -con la autorización de los líderes de Krakoa- crearon un nuevo equipo de Infernales cuyo denominador común era ser mutantes que consideraban peligrosos e impredecibles. De este modo, Psylocke (Kwannon) pasó a estar al mando de un equipo en el que había antiguos X-Men y villanos. Previsiblemente, el Sr. Siniestro aprovechó para hacer de las suyas.
Como habrás deducido algunos párrafos antes, aquel sueño de Krakoa acabó desmoronándose y desde 2025 comenzó la nueva etapa editorial en los cómics Desde las cenizas, en la que la nación mutante se dispersó por el mundo sin un lugar propio al que llamar hogar. Los X-Men fueron reensamblados por Cíclope en Alaska -en una fábrica abandonada de Centinelas, nada menos- y, como el resto de los suyos, todavía no han cerrado sus propias heridas pero se encuentran especialmente vulnerables.
Ante esa realidad, y para proteger a los mutantes de la amenaza de la ONE (la Oficina de Emergencia Nacional) Cíclope decidió que se necesitaba una nueva alineación de Infernales. Una que partió con una mezcla curiosa de personajes heroicos, neutrales y no tan buenos, por cierto, incluyendo a King Bedlam, Jesse Bedlam, Locus, Boom-Boom y hasta Fantomex.

Entonces, ¿se ha perdido la identidad original? Los infernales se crearon como una formación nacida para rivalizar y mostrar lo que no debían ser los X-Men, pero desde su debut en el papel hasta la actualidad también es justo tener en cuenta que los mutantes en general han evolucionado dentro y fuera de Marvel Comics. De modo que lo que antes el lector percibía en tonos blancos y negros, ahora pasa a ser una amalgama de colores y tonos.
Por eso, en mitad de ese complejo movimiento que supuso la Era de Krakoa, había que traer a los Infernales incluso a sabiendas de que tocaría abordar todos los tópicos de los antihéroes. Un paso necesario con vistas a lo que deberán ser a partir de ahora cuando el sueño de los mutantes se ha desvanecido.
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