No hay defensa imaginable para este modo campaña, pero aun así he disfrutado como un salvaje al jugarla una vez más
Publicado el 17/07/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Hace una semana que se anunció que Electronic Arts cerrará los servidores de Anthem en enero de 2026. En otro tiempo, eso solo hubiese significado que no podrías acceder a las funciones cooperativas para afrontar los desafíos más elevados. Pero actualmente quiere decir que el juego va a dejar de existir. No podrás jugarlo ni siquiera aunque lo tengas en la biblioteca.
Ya te conté por qué esta noticia es mala incluso para quienes detestan Anthem. Nadie que ame un mínimo los videojuegos debería alegrarse ni por un segundo. Pero esta vez no estoy aquí para abordar ese tema, más bien quiero contarte por qué el sábado pasado no entregué ni un mísero paquete en Death Stranding 2: On the Beach en mi camino hacia el Trofeo Platino.
Ansiedad, alabardas y titanes
El sábado pasado completé la campaña de Anthem una vez más. Creo que es la cuarta o quinta vez que la juego desde 2019. Admito que no me siento especialmente orgulloso, pero tampoco me arrepiento lo más mínimo. ¿Hay mejores formas de invertir el tiempo? Por supuesto. ¿Y peores? No lo dudes. Siempre puedes pasar 10-15 horas farmeando (sin éxito) una sola pieza de equipo en cualquier RPG.
La campaña del juego de BioWare está entre lo menos defendible dentro de lo indefendible que es el videojuego en general. La historia no es interesante y las misiones tienden a ser repetitivas. Y no ha mejorado con los años y la repeticiones, tanto es así que esta vez ni siquiera me digné a prestar atención a los diálogos. Los saltaba tan rápido como el jugador medio de World of Warcraft con un alter. Lo único que respeté fueron las cinemáticas.
Esta vez no me interesaba un carajo la historia. Mi objetivo era mucho más específico y fruto de una pequeña bolita de ansiedad que tengo en el pecho desde que me enteré de que Anthem desaparecerá para siempre: revivir mis momentos favoritos y grabarlos con mi PS5 para guardarlos. Será la única forma de revivirlos una vez se desactiven los servidores.
Soy consciente de lo triste que suena esto, más si detestas tanto Anthem como quienes me han escrito barbaridades desde la última publicación, pero es lo que ocurre cuando algo que te gusta tiene los días contados. Porque es cierto que en términos generales es un juego que deja mucho que desear, pero tiene sus cosas buenas y momentos que quiero conservar.
Las incursiones en el Corazón de la Furia (inicio y final del juego) son muy épicas, disfruto muchísimo los enfrentamientos contra titanes, monstruos y grandes grupos de enemigos y encontrar la alabarda de Helena Tarsis, antigua líder de la Legión del Alba, es un momento que atesoraré en mi memoria.
Pero lo que me hizo realmente feliz fue combatir con la alabarda Tormenta, que viene a ser la clase de hechicero. Puedes volar de forma indefinida si sabes moverte correctamente y lanzar habilidades con más regularidad, lo que te permite atosigar a los enemigos desde el cielo con fuego, hielo y rayos. También puedes darles con una ametralladora o un francotirador desde lejos, como suele ser mi caso.

Podrás decir lo que quieras de Anthem, pero existen pocos juegos que ofrezcan un combate híbrido (terrestre y aéreo) tan fluido y divertido. Transmite mucha libertad y te hace sentir verdaderamente poderoso cuando asciendes rápidamente antes de lanzar la habilidad definitiva de tu alabarda. El hechicero lanza tres bombas de energía elemental, pero el Coloso y Comando tampoco se quedan atrás: uno saca un cañón de asedio devastador y otro lanza una salva de misiles guiados. Hay que estar muerto por dentro para no gozar con algo así. Y por todo esto vuelvo una y otra vez.
Anthem es un despropósito en términos generales, pero está construido sobre ideas extremadamente buenas. Puedes notarlo cuando te enfrentas a los titanes y/o cuando juegas con los pocos jugadores que quedan pululando por su mundo abierto. ¡Que todavía quedan!
Dediqué unos minutos a charlar con un jugador muy amigable (francés, aunque hablamos en inglés) que encontré mientras exploraba tras completar la campaña. Fue una conversación triste, pero reconfortante al mismo tiempo. Le conté que había regresado para revivir la campaña y grabar mis momentos favoritos. Me dio las gracias por la idea y dijo que quizás haría lo mismo.
Coincidimos en que el juego dejaba (y deja) mucho que desear y que está casi muerto (pero de verdad), pero aun así... ahí estábamos, charlando al borde de un acantilado a la espera de que apareciese uno de los titanes que hacen las veces de jefe de mundo. Dos Libranceros disfrutando en las ruinas de un mundo que tiene los días contados, literalmente.
En VidaExtra | El magnífico vuelo de Anthem: Bioware no pudo evitar estrellarse, pero consiguió que sus alabardas volasen como nadie
En VidaExtra | El ocaso de Bioware y los problemas de desarrollo de Anthem
En VidaExtra | Anthem ofrece una base muy sólida y, con algo de cariño, podría convertirse en la nueva gran saga de EA
utm_campaign=17_Jul_2025"> Alberto Martín .