Las ruinas de un templo ubicado en los Andes pueden reescribir la historia de una olvidada civilización prehispánica
Publicado el 28/06/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Es posible que el nombre Tiwanaku no nos suene demasiado. No está entre las grandes civilizaciones prehispánicas más famosas como los incas, aztecas o mayas. Sin embargo esta sociedad desaparecida antes de que los europeos llegaran al continente sudamericano alcanzó un singular dominio de su entorno.
El último descubrimiento es prueba de ello.
A más de 200 kilómetros. Un equipo de investigadores ha documentado un templo construido por el la civilización de Tiwanaku. Este templo fue hallado a unos 210 kilómetros al sur del centro de poder de esta civilización lo que nos permite comprender mejor la extensión geográfica del dominio de esta cultura precolombina.
El Estado de Tiwanaku. Es poco lo que sabemos a día de hoy sobre Tiwanaku. Esta civilización habría surgido al sur del lago Titicaca, en lo que ahora es Bolivia. Tiwanaku habría logrado ser en su día una de las civilizaciones más poderosas del continente, pero desapareció en torno al año 1000 de nuestra era, dando pie a la llegada de los incas que dominarían la región cinco siglos después.
Esta civilización habría logrado, explica el equipo responsable del nuevo descubrimiento, una avanzada estructura social y dejó tras de sí rastros de su arquitectura en forma de pirámides, templos escalonados y monolitos, repartidos en las inmediaciones del lago Titicaca. Sin embargo, delimitar el área de influencia de Tiwanaku es difícil entre quienes estudian esta civilización. El último descubrimiento puede ser de ayuda.
El templo de Palaspata. El yacimiento fue bautizado como el templo de Palaspata en referencia al nombre con el que los nativos denominan en área. Según describen, estas ruinas muestran un complejo rectangular con 125 metros de largo y 145 de ancho. Habría tenido 15 recintos cuadrangulares y un patio interior. La disposición del templo no habría sido azarosa ya que se encuentra alineado con el equinoccio.
En el recinto fueron hallados fragmentos de copas keru, las cuales eran utilizadas para el consumo de chicha, una cerveza de maíz. El maíz no es un cultivo local por lo que el equipo considera que el entorno de Palaspata habría sido un nodo comercial en la civilización Tiwanaku.
Combinando técnicas. Para estudiar las difusas marcas dejadas por el antiguo templo el equipo tuvo que combinar distintas imágenes por satélite, imágenes que combinaron con las tomadas por drones con los que sobrevolaron el yacimiento. También recurrieron a la técnica de la fotogrametría, es decir, la reconstrucción en tres dimensiones a partir de múltiples fotografías.
Los detalles del estudio fueron publicados en un artículo en la revista Antiquity.
Reciclando las piedras. Aunque acabemos de descubrir la naturaleza de este sitio arqueológico, el entorno era bien conocido por las gentes locales. De hecho, algunos de las piedras y artefactos que constituían este templo habían sido “reciclados” por los agricultores locales en sus propias construcciones.
Una frontera triple. La significancia de Palaspata radica en su ubicación tal y como señalábamos al comienzo, una ubicación “estratégica” para los responsables del hallazgo. Este área, explican, conectaba tres de las principales rutas comerciales que comunicaban tres valles con sendos ecosistemas: las tierras altas y fértiles junto al lago Titicaca; el altiplano andino, zona ganadera donde crecían las llamas; y los valles andinos al este de Cochabamba, otra región agraria.
Imagen | José Capriles / Penn State
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