"La privacidad está siendo atacada", Apple insiste en que la regulación europea perjudicará a los usuarios
Publicado el 19/06/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Apple ha compartido recientemente su punto de vista sobre las implicaciones que la nueva normativa europea sobre interoperabilidad tiene para su ecosistema de productos. En una reunión a puerta cerrada con prensa especializada celebrada en el Apple Park - en la que tuve la oportunidad de partipar contando con Greg Jozwiak, vicepresidente senior mundial de marketing - la compañía expuso de forma detallada su preocupación por lo que considera una amenaza directa a su enfoque de diseño basado en la privacidad, la integración técnica y la protección del usuario.
Según Apple, las medidas que promueve actualmente la Unión Europea, bajo el paraguas de la Digital Markets Act, no se plantean como mejoras técnicas o avances en ingeniería de software y hardware, sino como exigencias de apertura que podrían comprometer aspectos estructurales clave del ecosistema Apple. “Las propuestas de la Unión Europea no son consideradas mejoras, sino cambios que afectan directamente a la privacidad que llevamos defendiendo durante años”, explicó Apple durante la sesión informativa.
En su argumentario, la compañía subraya que lleva más de una década construyendo una arquitectura cerrada pero altamente optimizada, donde todos los elementos - desde el chip hasta la interfaz gráfica - están pensados para garantizar que los datos del usuario permanezcan privados y seguros. Abrir ese entorno a plataformas de terceros que no han sido diseñadas bajo los mismos estándares, implicaría modificar los fundamentos técnicos que sostienen esa experiencia de usuario, según la marca.
Apple defiende su enfoque basado en la privacidad y la integración

Apple considera que la interoperabilidad tal y como está planteada por Bruselas representa un riesgo más que un beneficio para los consumidores. El ejemplo más claro, según la compañía, es el acceso de terceros a funciones como Handoff (transferencia de tareas entre dispositivos), AirDrop o el control remoto del iPhone desde un Mac. Estas funcionalidades están pensadas para funcionar de forma nativa dentro de su ecosistema, y han sido desarrolladas con una comprensión total de los entornos técnicos implicados. “Nos ha costado mucho tiempo desarrollar estas funcionalidades entre productos que conocemos bien, y ahora se nos exige que funcionen también, por ejemplo, en Windows, sin tener la misma comprensión de esa plataforma”, argumentan.
Desde la perspectiva de Apple, permitir que estas funciones operen en sistemas que no controlan supone abrir puertas que podrían comprometer la seguridad general del dispositivo. Además, exponen que este tipo de exigencias ignoran el principio de “seguridad por diseño” que guía sus desarrollos. En sus palabras, “los cambios que propone la UE no mejoran el software, el hardware o el ecosistema, y fuerzan modificaciones que los hacen más vulnerables”.
La compañía insiste en que su ecosistema no está cerrado por conveniencia comercial, sino por convicción técnica y por responsabilidad con sus usuarios. “Es positivo que se nos planteen dudas sobre nuestro software, pero creemos que el enfoque actual es equivocado: no se hace con el ánimo de mejorarlo, sino de forzar su apertura a terceros que no pueden garantizar nuestra seguridad”, añadieron durante la reunión.
Apple denuncia un trato desigual en el contexto regulador europeo

Otro de los puntos que Apple destacó durante el encuentro es lo que consideran una aplicación desequilibrada de las normas. La compañía señala que, aunque no lidera el mercado europeo en muchas categorías (por ejemplo, Samsung domina en cuota de smartphones), es Apple quien está siendo objeto de un escrutinio más exigente. “Es un ataque injusto, dirigido sólo a Apple: mientras nosotros somos cuestionados constantemente, ni Google ni Samsung ni otras marcas están obligadas a cumplir con estas mismas regulaciones”, lamentan.
Este argumento se sostiene, según Apple, en la forma en que se están aplicando ciertas disposiciones de la Digital Markets Act, que imponen obligaciones más estrictas a quienes la UE considera “guardianes de acceso” (gatekeepers), entre los que Apple ha sido categorizada. La empresa entiende la necesidad de regular ciertos comportamientos de mercado, pero considera que esa etiqueta les está obligando a tomar decisiones técnicas que podrían afectar negativamente a la integridad de sus productos.
En esta línea, Apple también plantea que muchas de las funciones que ahora se exigen abrir han sido desarrolladas con importantes inversiones en innovación y seguridad. Obligarles a compartir esas tecnologías no sólo antes de su lanzamiento, sino también con plataformas que no están sujetas a las mismas condiciones regulatorias, crea - según la empresa - un entorno de competencia desequilibrado y poco justo.
Compartir innovación antes de anunciarla: otro punto de fricción

Apple también expresó con claridad su preocupación por la exigencia de la UE de anticipar a la competencia los avances técnicos en interoperabilidad. Bajo esta normativa, Apple debería compartir con otras plataformas las nuevas funciones diseñadas para conectar sus dispositivos antes incluso de anunciarlas al público, lo que la compañía considera un perjuicio directo a su estrategia de innovación.
“Nos están pidiendo que informemos a la competencia sobre nuestras innovaciones en interoperabilidad entre dispositivos antes incluso de hacerlas públicas, para que puedan adaptarse a ellas. Eso significa regalarles nuestras ventajas competitivas”, denuncian. Esta situación es especialmente sensible en una empresa como Apple, donde la diferenciación tecnológica es clave y donde cada novedad - ya sea en software o hardware - se anuncia tras un largo ciclo de desarrollo y prueba interna.
Además, Apple argumenta que compartir estas tecnologías en un estado temprano puede poner en riesgo la madurez de las funciones y la experiencia del usuario. Las tecnologías que hoy permiten, por ejemplo, usar un iPhone de forma remota desde un Mac - que sigue sin estar disponible en la UE - han sido afinadas para que funcionen sin fricción, sin latencias, con seguridad garantizada. Reproducir esto en entornos donde no existe el mismo control no sólo es extremadamente complejo, sino que podría resultar en fallos que afecten a los usuarios de Apple sin que la compañía tenga capacidad de respuesta directa.
Apple ve falta de claridad en el marco regulatorio y no vislumbra una solución cercana

Un punto crítico adicional que Apple puso sobre la mesa fue la naturaleza cambiante e inestable de la regulación europea. Según la compañía, el marco legal actual carece de una hoja de ruta clara. Cada vez que Apple cumple una exigencia, aparecen nuevos requisitos o interpretaciones que amplían el alcance de las obligaciones, lo que impide cerrar etapas de cumplimiento de forma definitiva.
“Parece que cada vez que cumplimos con lo que se nos pide, se empujan un poco más los límites. No vemos una fecha próxima en la que estas disputas vayan a cerrarse por completo”, reconocen. Esta sensación de incertidumbre complica enormemente la planificación técnica y legal de sus equipos, que deben adaptar continuamente el software y el diseño de productos a un terreno regulatorio que cambia constantemente.
Apple afirma que, si bien están comprometidos con el cumplimiento de las leyes y regulaciones europeas, también necesitan garantías de que este proceso se dará dentro de un marco técnico coherente, razonable y que respete su modelo de privacidad y seguridad. La compañía pide, en resumen, una regulación proporcional, justa y técnicamente viable.
Apple mantiene su compromiso con Europa, pero defiende sus principios técnicos

A pesar de las tensiones, Apple ha reiterado durante la reunión su voluntad de seguir colaborando con las autoridades europeas. Reconocen que una regulación que promueva la competencia y la protección del consumidor es necesaria, pero insisten en que debe hacerse sin comprometer la seguridad, la privacidad ni la experiencia del usuario.
“No podemos aceptar regulaciones que obligan a comprometer la privacidad y seguridad de nuestros usuarios. Ese no es el camino para mejorar la tecnología”, sentencian. La compañía mantiene así su apuesta por un ecosistema controlado, donde las decisiones técnicas se tomen con base en la protección integral del usuario y no en criterios meramente políticos o económicos.
El futuro inmediato de esta discusión dependerá en buena medida de cómo la Unión Europea articule sus próximos pasos, y de hasta qué punto está dispuesta a aceptar matices técnicos en la aplicación de sus normas. Apple, por su parte, no da señales de ceder en su visión de la tecnología como una herramienta que debe ser segura por diseño y privada por defecto.
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