La capacidad nuclear militar y civil de China crece a un ritmo sin precedentes. EEUU no le quita los ojos de encima
Publicado el 23/05/2025 por Diario Tecnología Artículo original
China se ha consolidado merecidamente como el país al que miran todas las naciones que apuestan por la energía nuclear. Actualmente tiene en operación 58 reactores nucleares cuya capacidad conjunta es de aproximadamente 61 GWe (gigavatios eléctricos). Además, tiene otros 28 reactores en construcción que sumarán 33,65 GWe adicionales. Y hace apenas un mes el Consejo de Estado aprobó la construcción de 10 reactores nucleares más. China ya es el segundo país con más máquinas de este tipo, solo por detrás de EEUU.
En cualquier caso, la mejor baza de este país asiático es su apuesta por la innovación. Y el reactor de sales fundidas y torio TMSR-LF1 es una carta de presentación muy valiosa. Esta máquina recibió el visto bueno de la Administración China de Seguridad Nuclear a mediados de junio de 2023 después de haber completado con éxito la fase de pruebas inicial que arrancó en 2021. Y desde entonces ha seguido a pies juntillas el itinerario que había fijado el Instituto de Física Aplicada de Shanghái, que es la institución responsable de su puesta a punto.
Tal y como explica el ingeniero nuclear estadounidense Nick Touran en su tuit, el reactor TMSR-LF1 entró en operación oficialmente el 11 de octubre de 2023. Unos meses más tarde, el 17 de junio de 2024, empezó a trabajar a plena potencia. Y el 8 de octubre del año pasado los técnicos que lo operan detectaron protactinio-233 (Pa-233), un isótopo radiactivo intermedio derivado de la transformación del torio en uranio-233 como parte del ciclo de combustible del torio.
Este reactor nuclear se encuentra en el complejo industrial Minqin de la provincia de Gansu, en el norte de China. Tiene una potencia de 2 megavatios térmicos (MWt), y, aunque no será el primer reactor nuclear de cuarta generación en actividad, y tampoco el primero que utilizará torio como combustible, sí será el primero de sales fundidas que empleará este elemento químico. No obstante, la ambición de este país asiático no termina aquí; ya planea construir un reactor de sales fundidas y torio de más capacidad para 2030.
La modernización del arsenal nuclear de China se está acelerando
La física nuclear tiene dos caras. Todos sabemos que los conocimientos que nos ha entregado se pueden utilizar para generar electricidad y favorecer el desarrollo de grandes masas de población, como acabamos de ver, pero también se puede emplear para producir armas de destrucción masiva. China llevó a cabo su primera prueba con una bomba atómica en 1964. Inicialmente sus científicos contaron con la ayuda de ingenieros nucleares soviéticos, pero esta alianza se rompió en 1959 y el país que entonces estaba liderado por Mao Zedong se vio obligado a continuar con este proyecto sin contar con ningún tipo de ayuda externa.
Este aislamiento no impidió a China llevar a cabo la primera prueba con una bomba de hidrógeno en 1967, tan solo tres años después de lanzar su primera bomba atómica. Durante las tres décadas siguientes el armamento nuclear chino siguió avanzando, aunque Mao nunca aspiró a lidiar en cantidad de bombas atómicas y de hidrógeno con EEUU o la Unión Soviética primero, y Rusia después. Su doctrina perseguía garantizar la supervivencia de China recurriendo a la disuasión, pero sin involucrarse de forma directa en la Guerra Fría que sostenían las dos potencias hegemónicas a finales del siglo XX.
"Pekín tiene la ambición de crear una amplia esfera de influencia en las regiones del Índico y el Pacífico, así como de llegar a ser la potencia mundial líder"
Lo curioso es que todo cambió durante la primera década del siglo XXI. La capacidad económica de China era cada vez mayor y su desarrollo científico y técnico durante la segunda mitad del siglo XX había quedado fuera de toda duda. El Gobierno de EEUU se dio cuenta ya entonces de que este país asiático se estaba consolidando como una superpotencia capaz de disputarle su supremacía mundial. Este fue el contexto en el que nació la tensión entre estos dos países que parece estar alcanzando actualmente su máximo apogeo.
El siguiente extracto literal del documento que recoge la estrategia de seguridad nacional publicado por el Gobierno de EEUU en octubre de 2022 refleja con mucha claridad por qué considera a China una amenaza: "La República Popular de China (RPC) es el único competidor que tiene tanto la intención de remodelar el orden internacional como, cada vez más, la capacidad económica, diplomática, militar y tecnológica para hacerlo. Pekín tiene la ambición de crear una amplia esfera de influencia en las regiones del Índico y el Pacífico, así como de llegar a ser la potencia mundial líder". Estas líneas condensan a la perfección la historia de fondo que ha desencadenado la coyuntura internacional en la que nos encontramos.
Si nos ceñimos a su desarrollo militar el Departamento de Defensa de EEUU estima que actualmente China tiene un arsenal conformado por más de 600 ojivas nucleares, y planea incrementar esta cifra hasta alcanzar las 1.000 ojivas en 2030. EEUU y Rusia tienen un arsenal de aproximadamente 5.200 y 5.500 ojivas respectivamente, aunque muchas de ellas están en reserva y otras van a ser desmanteladas. China tiene menos ojivas, es evidente, pero cuando menos rivaliza con EEUU si nos ceñimos a la sofisticación de sus misiles balísticos intercontinentales, sus submarinos nucleares, sus bombarderos y sus misiles hipersónicos. Confiemos en que China, EEUU, Rusia y las demás potencias nucleares entren en razón y detengan esta escalada del armamento nuclear.
Imagen | Пресс-служба Президента России
Más información | Departamento de Defensa de EEUU
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