Hay todo un mercado de libros de colorear para adultos. Y tienen su propia ración de polémicas, demandas y plagios
Publicado el 09/06/2025 por Diario Tecnología Artículo original
¿Sabías que existe todo un mercado de libros de colorear para adultos? Bueno, esa es solo la parte superior del típico meme del iceberg. Por debajo hay todo un entramado de intereses, contratos millonarios, golpes bajos, influencers venidos a más y sellos editoriales que pasan completamente desapercibidos para el mainstream cultural, pero que mueven muchísimo dinero. Y esta es la última polémica que ha sacudido la escena de este subgénero semioculto.
El panorama. Los libros de colorear para adultos surgieron como una tendencia global a mediados de la década de 2010, impulsados por el auge de productos con coartada antiestrés y mindfulness (¿recordáis las apps de meditación, los cuadernos de gratitud, el bombazo de las manualidades y el punto de cruz...?). En este contexto, muchas actividades que hasta ese momento habían permanecido en el sector infantil del mercado se reorientaron. Los puzles, los juegos y los libros de colorear empezaron a ser tolerables para los adultos. Y todo el mundo desempolvó sus cajas de Cariocas.
Turno de los mayores. Sin embargo, había diferencias, claro: estos libros de colorear adoptaron temáticas que no tenían nada de infantil: mandalas, parajes naturales, arte abstracto y, por supuesto, los inevitables despliegues de ilustraciones NSFW. Rápidamente surgió una escena en torno a estos libros: tiktokers y youtubers que coloreaban y daban consejos a quienes quisieran intentarlo en casa. Y por supuesto, surgieron artistas que se volcaron a crear libros con estilos muy variopintos: del manga de Camilla D'erico a la fantasía oscura de Kerby Rosanes. Toda una industria.
El subgénero facilito. Dentro de todo este fenómeno destacó un estilo con fuerza: el 'bold easy', o libros de simplicidad extrema y que cualquiera puede afrontar sin ninguna experiencia en colorear. Temas voluntariamente naif (aunque no siempre), trazos gruesos, formas simples, para páginas que literalmente se pueden colorear en cinco minutos. Por supuesto, siempre se puede elevar la dificultad y dar una complejidad a estos dibujos con algo de habilidad, pero el punto de partida estaba claro: todo el mundo puede colorear.
Entra CocoWyo. Para 2019, el boom inicial de libros de colorear para adultos se había desvanecido, o al menos no alcanzaba esas cifras de 12 millones de libros vendidos de 2015. Pero esta nueva tendencia del bold easy llegó para resucitarla, y surgieron nuevos autores y autoras consagrados a este estilo: Mia Birchwood, Jade Summer, Vivi Tinta o Bobbie Goods. Y, sobre todo, CocoWyo, en realidad un estudio de dibujantes vietnamitas que arrancó en el ámbito de la autopublicación y cuya obra es tan prolija que resulta difícil de contabilizar, pero que en Goodreads, por ejemplo, cuenta con 416 libros distintos.
Anónimos pero exitosos. Los artistas de CocoWyo permanecen en el anonimato pese a la popularidad de sus redes sociales (más de 700.000 seguidores en Instagram, por ejemplo), y sobre todo, pese a haber firmado un contrato millonario con Penguin Random House en septiembre del año pasado. Por supuesto, esa firma multiplicó su ubicuidad (y más siendo un estudio sin nombres públicos que se puede engordar, licenciar y derivar indefinidamente) y convirtió a CocoWyo en casi el único embajador de la línea bold easy.
Trajinar con el algoritmo. Y aquí es donde empiezan las polémicas, cuyas raíces se rastrean hasta los tiempos en los que que CocoWyo se autopublicaba. Según sus críticos más acérrimos, el estudio era experto en detectar modas y tendencias en el apartado de libros para colorear y lo replicaba con muy poco disimulo. Por ejemplo, como contaba Bookriot, su 'Food, Drink & Sweets' era muy similar al 'Food / Snacks' de Megan Miley, incluso en el diseño y el estilo de la portada. Nada denunciable, pero las similitudes eran muy llamativas: CocoWyo también imitaba el formato y tamaño del libro... y el término 'Blod & Easy', que transformó en 'Bold-Easy'.
Sospechas de IA. Puede ser casualidad la aparición con apenas unos meses de diferencia de un par de libros con una Muerte cuqui cabalgando sobre las nubes, como señalaba también BookRiot? Puede ser, pero ahí no acabó la polémica. La prolijidad de CocoWyo les hizo acreedores de sospechas de uso de IA para sus ilustraciones, algo que nunca ha quedado demostrado. La oposición de la comunidad se multiplicó cuando CocoWyo registró (no el uso, pero sí convirtiéndolos en una marca registrada a efectos legales) una serie de términos muy genéricos y que afectaban al material que estaba produciendo la competencia: "Bold and Easy Coloring Books", "Cozy Spaces" y "Simple Art", entre muchos otros.
Goliat contra David. La presión de los otros autores surtió su efecto, y a finales del año pasado, CocoWyo abandonó su propósito de regiustrar estos términos. Pero las quejas no han cesado: autores y aficionados han seguido protestando porque consideran que CocoWyo no se está comportando como un pequeño autor compitiendo contra los demás de forma legítima. Está usando las ventajas que le proporciona pertenecer a una gran editorial multinacional (ejércitos de abogados, tácticas para doblegar el algoritmo en redes sociales, reventar el mercado con libros mucho más económicos que los de sus rivales) para presentar competencia desleal. Y eso no tiene nada de cozy ni de bold.
Cabecera | CocoWyo
En Xataka | ¿Se pueden leer demasiados libros al mes? Para muchos, hay un número a partir del cual ya es insostenible
utm_campaign=09_Jun_2025"> John Tones .