Hace más de 60 años Nintendo trató de vender arroz instantáneo con personajes de Disney. Todo salió mal
Publicado el 27/08/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Estoy firmemente convencido de que si lees VidaExtra te habrás topado con galletas, pastelitos, helados y hasta bebidas de Super Mario y otras estrellas de Nintendo. Si, además, eres como yo, lo compraste de un impulso, sin mirar el sabor o los ingredientes. Como es natural, y salvo excepciones, la Gran N no los produce directamente, sino que ofrece sus licencias y personajes. Pero hubo un tiempo en el que el proceso fue justo el contrario: ellos ponían la comida...¡Y la Disney los personajes!
La cosa viene de muy atrás, que conste. Como ya comentamos en más de una ocasión, antes de lanzarse de lleno al terreno de los videojuegos con las Color TV Game e incluso un par de décadas antes de que Donkey Kong se convirtiese en su primera superestrella, Nintendo experimentaba con diferentes modelos de negocios que alternaba con su actividad juguetera. Una de esas iniciativas, ideada por Hiroshi Yamauchi, fue la de elaborar arroz instantáneo.
Un plan sin fisuras. Al menos, sobre el papel
Siendo justos, sobre el papel aquello de ofrecer arroz preparado para degustar en tres minutos era una genialidad: en la década de los 60s hubo un auténtico "boom" de las sopas de fideos instantáneas en todo el mundo, en especial las de la marca Nissin; y toca recordar que en Japón se consume una barbaridad arroz.
De este modo, Yamauchi sumó dos y dos para adelantarse a las necesidades de aquellos que iban con el tiempo justo, incluyendo los siempre ajetreados "salary man" japoneses. Y hay que admitir que el nombre elegido funcionaba hasta en español: el arroz instantáneo San.o.
Con todo, y pese a que Nintendo tenía mucha experiencia a la hora de desarrollar, distribuir y publicitar juguetes y toda clase de artículos destinados al entretenimiento, aquello de ofrecer productos alimenticios era harina de otro costal. Por no hablar de algo básico: estamos en 1961 y antes de empezar a pensar en el color de la caja había que obrar el milagro de hacer un arroz instantáneo.
Para lograrlo, Nintendo se asoció con la compañía Oumikenshi y la Universidad de Kioto, fundando la compañía San.o Shokuhin, la cual servirá para construir una gran fábrica y varios edificios para elaborar el que debía ser su producto estrella. Hasta ahí, todo bien. Sin embargo, aquella idea que sobre el papel apuntaba a un exitazo acabó cayendo por su propio peso.
La investigación de la recién fundada compañía dio sus frutos: se logró crear un arroz instantáneo que podía servirse después de verter agua caliente y esperar a que ésta se enfríe. ¿El problema? Su textura, su presentación y su sabor son un desastre. Y eso es un triple delito en Japón, dónde podían pasar por alto la calidad de los fideos, pero el arroz es absolutamente sagrado.
Pese a que desconocemos el sabor, el fracaso del arroz no era por enfrentarse a las costumbres y tradiciones japonesas. Incluso se llegó a rumorear que el propio Yamauchi describió aquel arroz como incomible. ¿Por qué alguien iba a comprarlo? Bueno, un año después habría al menos una buena excusa: los personajes de Disney.
Puede que no te convenza el sabor, pero te encantarán sus personajes
Las relaciones de Nintendo con la casa del ratón más famoso del mundo vienen de muy, muy atrás: ya hacían sus famosas barajas de cartas con Mickey, Donald y los protagonistas de sus películas más exitosas, hoy clásicos animados, como Merlín el encantador con lo que había una buena experiencia y tradición a la hora de arropar sus iniciativas con el reclamo adicional de la Disney.

De modo que en en 1962, San.o puso a la venta Disney Fricker, un condimento para el arroz que, además de mostrar a los personajes en la bolsa, servía a efectos promocionales con regalos. Un planazo que, no lo vamos a negar, sigue funcionando seis décadas después, pero que en aquella ocasión en concreto no llegó a despegar.
El resultado: tras varios años tratando de adaptar sin suerte al consumidor a sus alimentos, lo cual debería ser al revés, y hasta lanzar un curioso ramen de Popeye en 1965, Yamauchi se dará por vencido.
Nintendo desistió de aquella iniciativa, pero la San.o Shokuhin continuará sin ella y bajo un nuevo nombre. La fábrica y las instalaciones procuradas por la Gran N dejarán de dedicarse a la producción de alimentos, que no se vendían demasiado, para usarse en aquello que sí se les daba mucho mejor: sus juguetes y lo relacionado con el mundo del entretenimiento. Y lo cierto es que no le fue tan mal.
De hecho, le ha ido tan bien que ahora es posible degustar platos con los personajes propios en los restaurantes de los parques de atracciones de Nintendo. Con todo, probablemente no usen arroz instantáneo.
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