España ha presumido durante décadas de consumir más pescado que nadie en Europa. Ahora eso ha entrado en crisis

Publicado el 14/06/2025 por Diario Tecnología
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España ha presumido durante décadas de consumir más pescado que nadie en Europa. Ahora eso ha entrado en crisis

España está rodeada de casi 8.000 kilómetros de costa, tiene una gastronomía profusa en platos a base de pescados y maricos y su sector pesquero genera cada año decenas de miles de empleos y miles de millones de euros. Eso sin contar con que raro es el pueblo (al menos en las zonas de litoral) que no tiene un mercado en el que comprar una merluza, una dorada, truchas, mejillones o una buena lubina fresca. Pese a todo eso, España es cada vez menos un país de pescados.

Su peso en las neveras está descendiendo. Mucho. Y desde hace tiempo.

Un porcentaje: -4,3%. El último informe del Gobierno sobre consumo de pescado no deja buenas noticias. En marzo los españoles hemos comprado un 2,9% menos que durante el mismo mes del año pasado, un dato malo que oculta en realidad otro peor: lo que ha "pinchado" realmente es el consumo de pesca fresca, que ha caído un 4,9%. De hecho ese porcentaje se ha suavizado en parte por un aumento del pescado congelado, que ha crecido alrededor de un 4%.

La cosa no mejora cuando ampliamos el foco. Si analizamos el último año móvil (de abril de 2024 a marzo de 2025) el consumo de productos marinos en general ha caído un 2,7% y el del pescado en concreto un 4,3%. El comportamiento de los productos congelados durante ese período fue algo mejor que el de la mercancía fresca, pero aun así ambos han perdido peso en las cestas de la compra.

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Los protagonistas: bacalao y dorada. El informe permite ir más allá y echar un vistazo a cómo han respondido los diferentes productos a lo largo del último año. Y hay algunos que salen particularmente mal parados. Las compras de dorada se han desplomado un 23,5% y las de caballa y bacalao alrededor de un 21%.

En general ha sido un mal año también para mariscos, moluscos y crustáceos congelados y frescos, aunque se han comprado más variedades cocidas. "Pinchan" las conservas y ganan terreno otros productos, como el salmón o trucha ahumados.

Una pregunta: ¿Es una caída puntual? No. Y ese es el gran problema. El sector lleva tiempo viendo cómo cae el consumo de pescado, lo que ya le ha llevado a reclamar a las instituciones medidas para revertir esa tendencia. Bajo la etiqueta "productos de pesca" entra un abanico de alimentos que van desde los pescados frescos o congelados al marisco o las conservas y no todos evolucionan igual, pero las estadísticas muestran que, en conjunto, el consumo está retrocediendo.

Según los datos del Gobierno, en 2003 el consumo per cápita de productos relacionados con la pesca rozaba los 27,8 kilos anuales y en 2009 incluso llegó a acariciar los 30 kg. En 2013 ese mismo dato se situaba ya en 27,2 kg, antes de la pandemia había caído a 22,5 kg, en 2023 marcaba 18,9 y el año pasado esa misma media había descendido a 17,9. Ahora el último informe de MAPA con los valores de marzo llevan a pensar que la tendencia se mantendrá este ejercicio.

Una cifra: 19 millones. Los del ministerio no son los únicos datos que dan cuenta de la caída del consumo de pescado en España. En octubre el portal Statista publicó otro informe que refleja la misma tendencia desde una perspectiva algo diferente: la de las toneladas de pescado consumido en el conjunto del país.

Sus tablas reflejan que si en 2023 el consumo ascendía a 887,4 millones de kilos, el año pasado ese dato había descendido ya hasta situarse en 868,3, lo que refleja una caía de 19 millones en solo un año. La curva de consumo ha sido descendente desde 2009, con un ligero repunte en 2020, coincidiendo con la pandemia.

La gran incógnita: ¿Por qué baja? La pregunta del millón. Y no tiene una respuesta sencilla. Una de las posibles claves es el precio. Las estadísticas oficiales muestran también que, de media y en términos generales, el pescado fresco sale más caro que la carne del mismo tipo. El último informe de MAPA refleja además que a lo largo del último año, entre abril de 2024 y marzo, el precio medio de los productos relacionados con la pesca se había encarecido un 3,5%. Los técnicos del calculan que en marzo el pescado fresco aumentó un 4,9% con respecto a 2024.

Otra clave: la educación. El pescado no es sin embargo lo único que se ha encarecido. En los últimos años lo ha hecho también (y en ocasiones de forma clara) la carne. De ahí que a la hora de explicar la tendencia se señale a menudo otros factores, como cambios en los hábitos de consumo, cierto desconocimiento del producto, la búsqueda de opciones más cómodas o la pérdida del hábito, sobre todo entre los más jóvenes, de acudir a los mercados a comprar pescado.

Un informe sobre el tema elaborado hace unos años por el ministerio y Aecoc identifica de hecho cuatro perfiles de jóvenes frente al pescado: el de quienes lo rechazan de plano, quienes se inclinan por otras opciones como la carne, un perfil más "pragmático" que no está dispuesto a invertir el tiempo que requiere comprar y cocinar pescados y los "desconfiados", con dudas sobre el origen o conservación.

Un aviso: "Es imprescindible". Con ese telón de fondo hace tiempo que la patronal pesquera exige a las instituciones que fomenten el consumo de pescado. En 2023 el secretario general de Cepesca insistía en que resulta "imprescindible" promover la alimentación saludable y respaldar los alimentos del mar. "Seguimos sin entender por qué no se apoya el consumo de los productos pesqueros con la reducción del IVA", clamaba. A su favor el gremio tiene los consejos de los expertos sanitarios, que aconsejan comer entre tres y cuatro raciones cada semana.

Imágenes | Grupo Eroski S.Coop (Flickr) y Doğan Alpaslan DEMİR (Unsplash)

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