Enviarte mensajes de WhatsApp a ti mismo es una idea que funciona. Pero tiene un gran "pero"
Publicado el 21/07/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Hace unos años empezamos a detectar que mucha gente tenía un grupo de WhatsApp de un solo participante (ellos mismos) y lo usaban a modo de bloc de notas personal. Tanto se extendió la práctica que en 2022 WhatsApp permitió enviarse mensajes a uno mismo, sin necesidad de falsos grupos.
Eso ha aumentado esta práctica, la de convertir WhatsApp en un cuaderno y gestor de tareas personal. La comodidad es innegable: en países como España, WhatsApp es religión, y en un toque podemos aparcar una idea fugaz, ese enlace importante o esa foto del menú del restaurante.
El umbral de fricción es mínimo, el acceso es inmediato. Y por eso funciona bien como solución de emergencia, como almacén de contenido que consultar en poco tiempo y tener muy a mano. Pero confundimos conveniencia con productividad.
Esto empezó como solución informal, pero para mucha gente se ha convertido en un sistema de gestión personal improvisado. Hay quien incluso tiene varios grupos consigo mismo, organizados temáticamente: "Ideas", "Compras", "Trabajo" (!!)... Una arquitectura productiva construida sobre arena.
WhatsApp es una buena herramienta de mensajería, pero no es una herramienta de gestión. Es un parche que nos da la ilusión de control, no una solución real. Como intentar sacarse una carrera limitándose a usar post-its.
El problema parte de que WhatsApp convierte todo en flujo. Información que pasa, se acumula y se pierde en el scroll infinito. No hay estructura, ni jerarquías ni estados. Una "tarea pendiente" luce idéntica a una completada y a una descartada. O a un recordatorio urgente.
No se puede exportar nada –o sí se puede, pero no decentemente–, no hay fechas límite, no existen checklists. Es el triunfo de la inmediatez sobre la organización, del impulso sobre el método.
La seducción está en que eliminamos la fricción del momento a costa de multiplicarla exponencialmente después. Esa nota que te mandaste hace un mes se perdió entre memes y enlaces irrelevantes. Esa idea brillante que sonaba importante ahora solo es una línea de texto sin contexto en un mar de información fragmentada.
Usarlo como un bloc de notas esporádico sí tiene un sentido. Vivir en él y creer que es un sistema es engañarse, y está ocurriendo. Aplicamos lógica de mensajería a problemas que requieren gestión. Ningún cirujano opera a martillazos. Los sistemas existen por algo.
Puede funcionar hasta cierto punto, y de hecho funciona como forma rápida de acumular post-its, pero las consecuencias las pagaremos después, cuando necesitemos localizar o estructurar sobre esa información.
La comodidad, cuando se convierte en independencia, deja de ser una ventaja para convertirse en una limitación.
En Xataka | Cada vez que alguien me dice que su móvil va lento, sé dónde mirar: la "papelera" de WhatsApp
Imagen destacada | Xataka con Mockuuups Studio
utm_campaign=21_Jul_2025"> Javier Lacort .