El Bitcoin nació como un proyecto 'hacker' y descentralizado: el 30% está hoy en manos de unos pocos países, compañías y millonarios
Publicado el 17/06/2025 por Diario Tecnología Artículo original
En 2025, Bitcoin continúa su evolución como activo financiero global. Lo que comenzó en 2009 como una propuesta radical para crear un sistema financiero descentralizado y sin intermediarios, nacido del desencanto con los bancos tradicionales tras la crisis financiera de 2008, ya no lo reconoce ni programador que lo creó.
Y es que, a día de hoy, Bitcoin ya no es un experimento libertario ni un nicho para entusiastas tecnológicos: es una pieza central en las carteras de inversión institucionales, un componente de reservas soberanas, y una base para productos financieros regulados como los fondos cotizados (ETFs).
Esta transformación ha traído consigo beneficios evidentes, como una mayor imagen de legitimidad ante el gran público, o estabilidad en el precio. Pero también ha desencadenado una creciente centralización en la custodia y propiedad efectiva del activo.
Aunque la red Bitcoin sigue siendo técnicamente descentralizada —es decir, ningún nodo, gobierno o empresa puede controlar el protocolo por sí solo— la distribución real de los bitcoins en circulación revela una realidad muy distinta.
Las "ballenas" más grandes del ecosistema
En el imaginario cripto, las “ballenas” son aquellos individuos o entidades que poseen una cantidad lo suficientemente grande de bitcoin como para influir en el mercado con sus movimientos. En 2025, estas ballenas no solo siguen existiendo, sino que su presencia es más visible y relevante que nunca. A pesar de la narrativa descentralizadora que rodea a Bitcoin, una parte sustancial de su suministro está concentrada en manos de unos pocos jugadores clave.
Satoshi Nakamoto
El mayor poseedor individual de Bitcoin sigue siendo su enigmático creador, Satoshi Nakamoto. Se estima que Nakamoto minó aproximadamente 968.452 BTC en los primeros días de la red, distribuidos en más de 20.000 direcciones distintas. Estos fondos, que nunca se han movido desde su creación, representan cerca del 4,6% del suministro total de los 21 millones de BTC que pueden existir, y están valorados en más de 73.000 millones de dólares a precios actuales.
El hecho de que estos bitcoins estén técnicamente activos, pero en la práctica inactivos (más o menos), añade una capa de misterio, pero también de estabilidad: el mercado opera como si ese suministro estuviera fuera de circulación. La mera posibilidad de que se movieran tendría un impacto profundo en la confianza del mercado y el precio.
Empresas que acaparan BTC
La empresa con la mayor tesorería corporativa de Bitcoin es Strategy (antigua MicroStrategy), liderada por Michael Saylor, un ferviente defensor de Bitcoin (comprensible). La compañía posee ya 592.000 BTC, adquiridos a lo largo de varios años mediante una agresiva estrategia de compra. Solo en su última operación, adquirió 22.000 BTC adicionales por casi 2.000 millones de dólares. Esta enorme exposición ha hecho de Strategy un símbolo de la institucionalización del criptoactivo.
Le siguen otras compañías como Mara Holdings, con más de 49.000 BTC, y Twenty One Capital, que ha superado los 37.000 BTC.
Multimillonarios que apostaron temprano
En el ámbito individual, los pioneros que apostaron por Bitcoin en sus primeras etapas han visto crecer su fortuna exponencialmente:
- Cameron y Tyler Winklevoss, conocidos por su disputa con Mark Zuckerberg, son hoy los mayores poseedores individuales identificables de BTC, con 70.000 monedas, adquiridas por apenas 11 millones de dólares en 2013. Su valor actual supera los 5.300 millones de dólares.
- Tim Draper, el famoso inversor de capital de riesgo, adquirió originalmente 40.000 BTC del desaparecido exchange Mt. Gox, pero tras perderlos en un hackeo, compró otros 29.000 BTC en una subasta gubernamental. Su inversión de entonces, de 18,7 millones de dólares, vale ahora más de 2.200 millones.
- El propio Michael Saylor, además de dirigir Strategy, posee de forma personal 17.732 BTC, valorados en más de 1.300 millones.
¿Influencia o amenaza?
La acumulación masiva de BTC por parte de estas ballenas genera efectos mixtos. Por un lado, muchas de estas entidades mantienen una estrategia 'HODL' (guardar a largo plazo), lo que ayuda a reducir la oferta circulante y estabiliza el precio. Pero, por otro lado, su capacidad de mover mercados, manipular precios o ejercer presión indirecta sobre decisiones regulatorias es un factor que causa preocupación.
La participación de los países
En 2025, el interés de los Estados por Bitcoin ha dejado de ser anecdótico para convertirse en un fenómeno estructural. Los gobiernos ahora figuran entre los mayores tenedores del activo y, por primera vez, Bitcoin se posiciona como un activo soberano, al nivel de las reservas de oro o divisas extranjeras.
Estados Unidos
La participación más destacada es la de Estados Unidos, que en marzo de 2025 formalizó la creación de la Strategic Bitcoin Reserve (SBR) mediante una orden ejecutiva del presidente Trump. Este movimiento transformó más de 200.000 BTC incautados —provenientes de casos como Silk Road y el hackeo de Bitfinex— en una reserva nacional permanente.
La creación de la misma también ha desencadenado un efecto dominó: tras su anuncio, empresas públicas y privadas comenzaron a adquirir BTC a un ritmo de 20.000 por mes.
China
China, que ha prohibido la minería y el comercio de criptomonedas, paradójicamente posee una de las mayores reservas estatales: cerca de 194.000 BTC incautados del esquema fraudulento PlusToken en 2020. Aunque no se han reportado ventas masivas, el gobierno mantiene estos fondos de manera pasiva. Su acumulación resalta cómo, incluso en jurisdicciones restrictivas, Bitcoin termina por jugar un papel financiero relevante.

Reino Unido
Otros países europeos también han acumulado BTC mediante acciones judiciales: el Reino Unido ha incautado decenas de miles de bitcoins en casos de ciberdelincuencia y fraude. Alemania, por su parte, había reunido una cantidad considerable, pero liquidó inesperadamente toda su posición en abril de 2025, según fuentes oficiales. Esta decisión refleja una postura más conservadora, priorizando la conversión en euros frente a la acumulación estratégica.
El Salvador y Bután
En el otro extremo, El Salvador y Bután representan modelos de acumulación activa y deliberada. Estos países no han obtenido sus bitcoins mediante incautaciones, sino por compras regulares y, aunque sus reservas son más modestas —unos 6.089 BTC en el caso salvadoreño— su relevancia es simbólica.
El caso de El Salvador es especialmente paradigmático: fue el primer país en declarar Bitcoin moneda de curso legal en 2021. Aunque años después moderó esa postura, su gobierno sigue acumulando BTC como parte de su plan soberano de diversificación monetaria.
¿Es Bitcoin realmente descentralizado?
La descentralización ha sido, desde sus orígenes, la piedra angular del ideario de Bitcoin. El sistema fue diseñado para eliminar intermediarios, resistir censura (ningún nodo puede impedir que otro transmita o registre transacciones válidas) y operar sin una autoridad central.
Y sin embargo, según datos recientes de Glassnode y Gemini (PDF), un 30,9% de todos los BTC en circulación está en manos de solo 216 entidades centralizadas, incluyendo empresas, gobiernos, fondos cotizados (ETFs) y plataformas de intercambio.
Queda el (leve) consuelo de que, aunque estas cifras pueden parecer alarmantes, muchos de estos BTC están en custodia para clientes, lo que implica que la propiedad real sigue dispersa, aunque estén bajo administración centralizada.
Por otro lado, la creciente adopción institucional ha remodelado el mercado. Más del 75% del volumen de transacciones ya se realiza 'offchain', mediante ETFs, plataformas de derivados y exchanges centralizados, según el informe Glassnode 2025. Este cambio ha aportado mayor liquidez, menor volatilidad y un comportamiento más predecible, atractivo para inversores a largo plazo.
¿Consecuencia inevitable o momento reversible?
Algunos analistas ven esta concentración como una fase natural de maduración, similar a la consolidación de otras tecnologías disruptivas. Argumentan que la entrada de grandes actores estabiliza el mercado, reduce la volatilidad y fortalece el ecosistema.
Otros, en cambio, lo ven como una traición a los principios fundacionales de Bitcoin, que lo concibieron como una herramienta para escapar del sistema financiero centralizado.
Imagen | Marcos Merino mediante IA
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