El batch cooking no es tan moderno: los neandertales lo inventaron hace 125.000 años con su “fábrica de grasa”

Publicado el 12/07/2025 por Diario Tecnología
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El batch cooking no es tan moderno: los neandertales lo inventaron hace 125.000 años con su “fábrica de grasa”

Aunque demonizada durante mucho tiempo, la grasa es uno de los macronutrientes esenciales para el correcto funcionamiento de nuestro organismo. Estudios y hábitos más recientes están poniendo las grasas en su lugar colocando algunas como aliadas en dietas saludables, pero miles de años atrás, quienes ya conocían el papel de la grasa en el organismo eran los neandertales.

Hasta el punto de que se acaba de descubrir una gigante “factoría” de grasa en Alemania.

En corto. Neumark-Nord es un sitio arqueológico que se encuentra al suroeste de Berlín y a unos pocos kilómetros de Leipzig. Es un lugar para nada ajeno a los investigadores, ya que hace unos años un estudio en la zona reveló cómo los neandertales ya hicieron eso que se nos da tan bien: modificar profundamente el paisaje en el que viven.

Sin salirnos de las costumbres de esos neandertales que habitaron la zona hace 125.000 años, tenemos nuevos detalles sobre sus costumbres. Publicado en la revista Science Advances, un nuevo estudio muestra cómo nuestros antepasados tenían una “industria” alrededor del procesamiento de los huesos de grandes mamíferos con un solo objetivo: extraer la grasa ósea para consumirla poco a poco.

Fábricas de grasa. Un estudio de más de 2.000 fragmentos de hueso y decenas de herramientas de sílex ha permitido a los investigadores observar en muchos de ellos signos de haberse utilizado para triturar, haber sido triturados y haber tenido una exposición a un intenso calor. En algunas zonas específicas se halló una concentración de huesos ricos en tuétano, así como yunques y percutores que habrían sido las herramientas utilizadas por los neandertales.

Esa concentración refuerza la idea de que el sitio se utilizó como una especie de “fábrica” para extraer grasa de un modo bastante laborioso. Según los investigadores, para conseguir esa grasa ósea, rompían los huesos de 172 mamíferos como ciervos, caballos o bovinos. Una vez llegaban al tuétano, lo trituraban y calentaban los pequeños fragmentos en agua para extraer la grasa. Era un proceso planificado, largo y, afirman los investigadores en Livescience, organizado para maximizar la extracción de los nutrientes de los restos animales.

Sciadv Adv1257 F8 Huesos dañados por un martillo

Combatiendo la “inanición del conejo”. ¿Por qué complicarse tanto la vida para conseguir grasa? El motivo es sencillo y debemos volver a la dieta. Seguir una dieta equilibrada para estar sanos significa que debemos comer cierta cantidad de grasas, proteínas y carbohidratos. Cuando una de las patas de la mesa se descompensa, aparecen los problemas de salud.

Que pusieran tanto empeño en conseguir grasa de esta forma puede querer decir que había épocas (quizá las más frías) en las que los carbohidratos escaseaban y no podían alimentarse exclusivamente de proteínas. Una descompensación así (que ahora hacemos con dietas como la keto) es peligrosa, sobre todo, si va acompañado de un ritmo de vida intenso en el que se necesite energía. Consumir demasiada proteína sin suficiente grasa puede provocar algo llamado “inanición del conejo”, una condición potencialmente mortal que es provocada por un consumo excesivo de carne magra sin el suficiente aporte de grasa.

Y no es que el conejo sea el animal que lo sufre. Se bautizó así porque los exploradores del Ártico se alimentaban casi exclusivamente de conejos y animales similares y cayeron gravemente enfermos debido a que nuestro cuerpo no puede metabolizar grandes cantidades de proteínas sin grasa suficiente. Sólo mejoraron cuando pudieron cazar animales con más materia grasa.

Adelantando el reloj. Nuestro cuerpo puede quemar los carbohidratos o la grasa para obtener energía, ya que la proteína no es un buen “combustible”, y si los carbos escaseaban, los neandertales recurrieron a la grasa. ¿De dónde? De lo que tenían más cerca: los huesos de los animales que habían cazado para alimentarse. Que se dieran cuenta de esto implica que quizá deberíamos dejar de verlos como esos “cazadores” poco sofisticados que algunas veces podemos imaginar. También indica que eran organizados y bastante ingeniosos.

Y, más importante que esta consideración, esa gran fábrica de grasa descubierta en Alemania adelanta el reloj de la industria de la intensificación de recursos en casi 100.000 años. Antes de este análisis, la evidencia más antigua de una industria similar databa de hace 28.000 años.

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