Builder.ai prometía revolucionar la programación con su IA. En realidad había 700 indios detrás picando código

Publicado el 03/06/2025 por Diario Tecnología
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Builder.ai prometía revolucionar la programación con su IA. En realidad había 700 indios detrás picando código

En la actualidad la IA es omnipresente en todas las áreas tecnológicas y miles de startups están recibiendo inversiones millonarias de grandes tecnológicas y fondos de inversión para desarrollarla. El problema es que en algunos productos que se anunciaban como última tecnología impulsada por IA, en realidad tenían detrás a todo un ejército de programadores de programadores mal remunerados que respondían a los usuarios simulando ser un chatbot de IA.

El escándalo de Builder.ai. CNBC publicaba que la startup londinense Builder.ai, que prometía revolucionar la creación de aplicaciones con inteligencia artificial, era en realidad un gran fraude que empleaba a 700 programadores de India para simular una IA llamada Natasha.

La empresa, que llegó a recaudar 445 millones de dólares y fue respaldada por gigantes tecnológicos como Microsoft y fondos de inversión de Catar, aseguraba que su plataforma no-code, impulsada por IA podía construir software en base a módulos, como si se tratara de piezas de Lego. Sin embargo, la realidad era muy distinta y, tras declararse en bancarrota y la intervención de sus acreedores, se descubrió que detrás de esa fachada tecnológica solo había un ejército de programadores humanos. Inteligencia natural, no artificial.

Cómo actuaba Builder.ai. Tal y como explicaba el Bernhard Engelbrecht, fundador de Ebern Finance en su perfil de X, Builder.ai se presentaba como la solución definitiva para crear aplicaciones sin necesidad de saber programar. Según su mensaje, "En realidad, las solicitudes de los clientes se enviaron a la oficina de la India, donde 700 indios escribieron código en lugar de IA".

La idea de programar basándose en bloques generados por IA ahora es bastante común, pero en 2018 era una idea bastante innovadora. Sobre todo, porque todavía no se había iniciado la desenfrenada carrera por la IA que comenzó con el lanzamiento de ChatGPT. Esa propuesta innovadora proporcionó a la startup grandes inversiones, y rápidamente alcanzó una valoración de 1.500 millones de dólares.

Bernhard Engelbrecht, fundador de Ebern Finance Toca sobre la imagen para ir al mensaje original

Bancarrota y el gran descubrimiento. El desenlace llegó cuando Builder.ai incumplió el pago de un préstamo de 50 millones de dólares otorgado por Viola Credit en 2023. El acreedor embargó 37 millones de las cuentas de la empresa, lo que dejó a Builder.ai sin capacidad para pagar a sus empleados ni continuar sus operaciones.

Al mirar sus cuentas, se destapó que la empresa había inflado sus cifras de venta simulando negocios con la firma india VerSe Innovation, lo cual, tal y como recogía Bloomberg, generó sospechas de manipulación contable para aparentar una solvencia mayor de la real. La propia empresa admitió en LinkedIn que estaba "trabajando estrechamente con los administradores" y agradeció a su personal y partes interesadas, reconociendo que "los errores anteriores habían llevado a la compañía más allá de la recuperación".

La IA no daba lo que prometía. El principal problema de Bluider.ai no era que tras su IA Natasha hubiera 700 programadores humanos. El problema, como destacaba Engelbrecht en su mensaje, era que su código no funcionaba. La supuesta IA generaba aplicaciones plagadas de errores y con código ilegible. "Las aplicaciones resultantes estaban llenas de errores, eran disfuncionales y el código era ilegible. Todo era como una inteligencia artificial real, excepto que nada de eso lo era".

Los clientes de Builder.ai se encontraban con aplicaciones que no cumplían sus expectativas, y las ventas se iban desplomando progresivamente. Phil Brunkard, de Info-Tech Research Group, declaró a Business Today que muchas empresas del sector crecieron demasiado rápido, sin una base financiera sólida ni ofertas verdaderamente innovadoras. Ahora, la caída de Builder.ai pone en tela de juicio la supervisión de los inversores y la transparencia de las empresas.

Crónica de una estafa anunciada. No se puede decir que era la primera vez que se cuestionaba la autenticidad de la inteligencia artificial de Builder.ai. En 2019, The Wall Street Journal ya había publicado que la startup ofrecía servicios de "IA asistida por humanos", aunque la realidad era más bien al revés: humanos asistidos por IA.

Robert Holdheim, un exempleado de la startup, les demandó por 5 millones de dólares alegando que fue despedido tras quejarse de que la tecnología de Builder.ai "no funcionaba como se promocionaba y no era más que una cortina de humo".

Sachin Dev Duggal, CEO de Builder.ai, declaraba en el artículo del WSJ que "alrededor del 60% en promedio de su software reutilizable es producido por máquinas y el resto es generado por humanos para el desarrollo de aplicaciones". Las evidencias han demostrado que ese porcentaje de aportación humano era mucho mayor.

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Imagen | Wikimedia Commons (Web Summit)

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