Argentina creía haber enterrado su relación con Hitler hace 80 años. El sótano de la Corte Suprema guardaba una sorpresa
Publicado el 14/05/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Argentina ha mantenido una relación algo compleja con el legado del nazismo. Durante la Segunda Guerra Mundial, el país adoptó una posición de neutralidad que le permitió mantener vínculos diplomáticos “mixtos”, aunque también tomó medidas para frenar la propaganda nazi en su territorio. Sin embargo, tras el conflicto, la nación se convirtió en refugio de numerosos jerarcas y colaboradores del régimen nazi que huyeron de Europa, muchos con documentación falsa y bajo la protección de redes clandestinas. Hoy, más de medio siglo después, alguien ha encontrado otro hilo con el nazismo… en las catacumbas de la Corte Suprema.
Un hallazgo accidental. En el sótano de la Corte Suprema de Argentina, mientras se realizaban labores de organización para la creación de un museo institucional, los operarios dieron por azar con algo extraño, varias cajas olvidadas durante más de ochenta años. El contenido, sin embargo, resultó ser de un peso histórico inesperado: cuadernos estampados con esvásticas, propaganda nazi y otros documentos del Tercer Reich destinados a diseminar la ideología de Adolf Hitler en Argentina en pleno auge de la Segunda Guerra Mundial.
El hallazgo, confirmado por la propia Corte Suprema en un comunicado, destacó la relevancia potencial de los materiales para esclarecer episodios vinculados al Holocausto. En una ceremonia reciente, investigadores, funcionarios y representantes de la comunidad judía argentina abrieron formalmente parte del contenido, que incluye miles de cuadernos rojos con símbolos nazis y registros de nombres y direcciones que podrían corresponder a miembros del partido nacionalsocialista fuera de Alemania.
El envío que no logró su cometido. Al parecer, la investigación preliminar permitió rastrear el origen de las cajas hasta la embajada alemana en Tokio, espacio desde el que se envió a Buenos Aires en el barco nipón Nan-a-Maru el 20 de junio de 1941, cuando Argentina mantenía una postura de neutralidad formal en el conflicto global. El cargamento fue declarado como efectos personales por los diplomáticos alemanes con el fin de sortear los controles aduaneros.
Sin embargo, las autoridades argentinas detectaron su contenido y, preocupadas por las implicancias políticas de admitir propaganda nazi, remitieron el asunto al entonces canciller Enrique Ruiz Guiñazú. En agosto de ese mismo año, los funcionarios argentinos abrieron algunas de las cajas y confirmaron su carácter propagandístico. A pesar de la solicitud alemana de que fuesen devueltas, un juez federal ordenó su incautación y el traslado del expediente a la Corte Suprema, espacio donde los materiales quedaron archivados y olvidados durante décadas.
Contexto argentino en el nazismo. Ya lo decíamos al inicio. Aunque la historia posterior convirtió a Argentina en uno de los refugios más notorios de nazis y criminales de guerra tras la caída del Tercer Reich, el descubrimiento de estas cajas arroja nueva luz sobre los esfuerzos (previos y durante el conflicto) del país por frenar la infiltración ideológica y organizativa del nacionalsocialismo.
Ya en 1939, el fiscal general argentino había declarado ilícitas y anticonstitucionales las actividades del partido nazi local, señalándolas como una afrenta a la soberanía nacional. Asimismo, se prohibió que miembros del partido nazi alemán accedieran a la ciudadanía argentina, mostrando una voluntad temprana de cortar cualquier canal formal de arraigo del hitlerismo en el país.
Una cápsula del tiempo. Contaba en el New York Times Jonathan Karszenbaum, director del Museo del Holocausto de Buenos Aires, que el volumen de los documentos encontrados es abrumador. Aunque aún no se ha examinado todo el contenido, se espera que el análisis minucioso de los cuadernos proporcione pistas concretas sobre la red de simpatizantes y operadores nazis en América Latina durante la guerra.
El interrogante más inquietante, sin embargo, es cómo y por qué este material permaneció oculto durante más de ochenta años en el corazón del poder judicial argentino, una institución clave de la república. El redescubrimiento, con todo su simbolismo, plantea una oportunidad única para esclarecer capítulos oscuros de la historia del país y reafirmar un compromiso institucional con la verdad, la memoria y la justicia.
Imagen | Corte Suprema de Argentina
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