La baliza V16 con geolocalización obligatoria: cómo asegurar su certificación para la DGT 3.0

El paisaje de la seguridad vial en España está experimentando una transformación fundamental. Los tradicionales triángulos de preseñalización de peligro, fieles compañeros de carretera durante décadas, tienen los días contados. A partir del 1 de enero de 2026, la única señalización de emergencia legalmente válida en caso de avería o accidente en carretera será la baliza V16 con geolocalización. Esta baliza, un dispositivo luminoso que se coloca en la parte más alta del vehículo, no solo alerta a los demás conductores de nuestra presencia, sino que, y aquí radica la auténtica revolución, comunica nuestra posición de forma automática y en tiempo real a la plataforma DGT 3.0. Este cambio, aunque supone un paso adelante en la seguridad, también ha generado dudas y un mercado en ebullición, donde la clave está en saber identificar un producto certificado de uno que no lo está.

Llegan a España los "radares" más temidos de la DGT: te multan por pisar la línea continua y estas son sus primeras ubicaciones

La Dirección General de Tráfico (DGT) ha iniciado un nuevo capítulo en su estrategia de seguridad vial en España, uno que promete ser tan polémico como efectivo. Lejos de los tradicionales dispositivos que controlan la velocidad, una nueva generación de sistemas de vigilancia ha comenzado a desplegarse por nuestras carreteras, y su objetivo es tan claro como una línea blanca sobre el asfalto: detectar y sancionar a aquellos conductores que, por descuido, prisa o imprudencia, deciden ignorar la prohibición de pisar o rebasar la línea continua. Este avance tecnológico, que muchos ya tildan de "los radares más temidos", representa un cambio significativo en la forma en que se controla uno de los comportamientos más arriesgados y, sin embargo, más extendidos entre los automovilistas.

Profesor de matemáticas explica por qué no tiene ningún sentido conducir a 140 km/h en una autopista: "No arriesgues, son solo 4 segundos"

En el ajetreo de la vida moderna, el tiempo es a menudo percibido como nuestro recurso más valioso. Es comprensible, entonces, que muchos conductores sientan la tentación de pisar el acelerador, especialmente en tramos rectos y aparentemente seguros de una autopista, con la esperanza de "ganar" unos preciosos minutos. La idea de llegar antes a nuestro destino, de exprimir cada segundo del día, nos impulsa a menudo a comportamientos que, bajo una mirada racional, carecen de lógica. Sin embargo, ¿qué pasaría si un experto en números nos mostrara que esa supuesta ganancia de tiempo es, en realidad, una ilusión, una apuesta de alto riesgo por una recompensa insignificante? Precisamente eso es lo que un profesor de matemáticas ha puesto de manifiesto, desarmando la justificación de conducir a 140 km/h en lugar de los 120 km/h permitidos con una frase contundente: "No arriesgues, son solo 4 segundos". Esta afirmación, aunque aparentemente simple, encierra una profunda verdad sobre la física, la probabilidad y, en última instancia, el valor de la vida humana. Nos invita a reconsiderar nuestras prioridades al volante y a entender que la seguridad no es un lujo, sino una necesidad.

Palo a la DGT: un juez anula una multa de la Guardia Civil por hablar por el móvil por falta de pruebas porque prima "la presunción de inocencia"

En un giro que subraya la importancia de los derechos fundamentales frente a la potestad sancionadora de la administración, la noticia de que un juez ha anulado una multa de tráfico impuesta por la Guardia Civil por el uso del teléfono móvil al volante ha sacudido el panorama de la seguridad vial en España. Este veredicto, que prioriza la "presunción de inocencia" ante la ausencia de pruebas concluyentes, no solo representa un revés para la Dirección General de Tráfico (DGT) y sus agentes, sino que también establece un precedente significativo para los conductores y el entendimiento de la carga de la prueba en los procedimientos administrativos sancionadores. ¿Estamos ante un cambio en la manera de concebir las denuncias de tráfico o simplemente ante la reafirmación de un principio jurídico inquebrantable? Sumergámonos en los detalles y las implicaciones de esta decisión judicial.