No solo Netflix: 5 películas sobre Frankenstein que no recordabas y merecen la pena

En la vasta constelación del cine de terror y ciencia ficción, pocas figuras resplandecen con la intensidad y persistencia del Monstruo de Frankenstein. Su imagen, indisolublemente ligada al rostro de Boris Karloff y a las producciones de Universal Studios, ha cimentado un arquetipo cultural tan potente que a menudo eclipsa la riqueza y diversidad de otras interpretaciones fílmicas. Estamos acostumbrados a la versión clásica, quizás a alguna parodia moderna o a efímeras producciones que aparecen y desaparecen de las plataformas de streaming. Sin embargo, el mito de Frankenstein, surgido de la pluma visionaria de Mary Shelley en 1818, es un pozo sin fondo de dilemas éticos, ambiciones desmedidas y las consecuencias imprevisibles de jugar a ser Dios.

Este arraigo cultural significa que muchas otras adaptaciones cinematográficas, algunas pioneras, otras audaces y varias francamente extrañas, han quedado relegadas a los anales de la historia, esperando ser redescubiertas por aquellos curiosos que deseen ir más allá de lo evidente. Si bien las películas de Universal son fundamentales y merecen su lugar de honor, la historia del cine está salpicada de intentos fascinantes por reinterpretar la tragedia de Víctor Frankenstein y su creación. Es hora de desempolvar algunos de estos títulos, que demuestran la plasticidad del relato original y ofrecen perspectivas únicas sobre el miedo, la otredad y la búsqueda de significado. Prepárese para un viaje a través de un cine que, quizás, había olvidado que existía.

Más allá del monstruo de Karloff: la esencia de Frankenstein

No solo Netflix: 5 películas sobre Frankenstein que no recordabas y merecen la pena

La novela de Mary Shelley, "Frankenstein o el moderno Prometeo", es mucho más que una simple historia de terror. Es un relato gótico profundamente filosófico que explora la responsabilidad del creador hacia su creación, la alienación del diferente, los peligros del conocimiento sin conciencia y la búsqueda desesperada de amor y aceptación. El Monstruo de Shelley no es un ser irracional y malvado por naturaleza, sino una criatura compleja, dotada de intelecto y sensibilidad, que se ve empujada a la violencia por el rechazo y el abandono. Esta profundidad es lo que ha permitido que la historia sea reinterpretada innumerables veces, adaptándose a los miedos y preocupaciones de cada época.

Mientras que las películas de Universal (especialmente "Frankenstein" de 1931 y "La novia de Frankenstein" de 1935) definieron el aspecto visual del monstruo y sentaron las bases del género de terror, también simplificaron en cierta medida las complejidades filosóficas de la novela, centrándose más en el terror gótico y el espectáculo. Es comprensible, dado el contexto cinematográfico de la época, pero esto abrió la puerta a que otras producciones exploraran facetas distintas del mito. Las películas que veremos a continuación, aunque quizás no todas son "grandes clásicos" en el sentido comercial, sí son importantes por cómo se atrevieron a desviar el camino, ofreciendo visiones que, en mi opinión, enriquecen enormemente el legado de Frankenstein.

Un repaso a las joyas olvidadas del cine de Frankenstein

La diversidad en las adaptaciones de Frankenstein es asombrosa, abarcando desde el horror más puro hasta la comedia negra y el drama filosófico. Aquí he seleccionado cinco películas que, por diversas razones, merecen ser recuperadas de las sombras.

Frankenstein (1910): el origen silente

Antes de que Karloff definiera al monstruo, y mucho antes de que el cine sonoro fuera una realidad, el mito de Frankenstein ya había hecho su debut en la pantalla grande. Producida por la Edison Manufacturing Company, esta es considerada la primera adaptación cinematográfica de la novela de Shelley. Con solo 16 minutos de duración, la película es una joya histórica que se creyó perdida durante décadas hasta su redescubrimiento en los años 70. Dirigida por J. Searle Dawley, esta versión se toma bastantes libertades con la historia original, pero captura la esencia de la creación y el terror inicial. El monstruo, interpretado por Charles Ogle, es una figura grotesca y atormentada, cuya aparición es sorprendentemente eficaz para la época.

Lo que me parece más fascinante de esta película es cómo se esfuerza por representar el acto de la creación. En lugar de la resurrección de un cadáver, aquí el monstruo parece materializarse de un caldero de humeantes químicos, una imagen icónica que demuestra la inventiva visual de los primeros cineastas. La película se centra en la culpa de Víctor y la relación psíquica con su creación, concluyendo con la disolución del monstruo no por violencia, sino por el poder del amor y la voluntad de Víctor. Es un documento invaluable que muestra cómo se percibía y adaptaba la historia de Shelley en los albores del cine. Es un verdadero testimonio de la perdurable fascinación por el tema, incluso cuando las técnicas narrativas y visuales estaban aún en pañales. Recomiendo encarecidamente verla; es una experiencia única que nos conecta con los orígenes del cine de terror. Para los interesados en la historia del cine, pueden encontrar más información sobre esta película pionera en plataformas como IMDb.

La maldición de Frankenstein (1957): la visión gótica de Hammer

Cuando pensamos en Frankenstein, es fácil quedarse con la imagen de Universal. Sin embargo, en 1957, un estudio británico llamado Hammer Films revitalizó el género de terror con una explosión de color, sangre y erotismo gótico que marcó un antes y un después. "La maldición de Frankenstein", dirigida por Terence Fisher, no solo introdujo a Peter Cushing como un Víctor Frankenstein despiadado y obsesivo, sino que también presentó a Christopher Lee como un monstruo aterrador y visualmente distinto al de Karloff. Esta película fue la primera de una larga y exitosa serie de películas de Frankenstein de Hammer, y su impacto no puede subestimarse.

Lo que distingue a la versión de Hammer es su audaz representación de Víctor Frankenstein. Cushing lo interpreta como un aristócrata frío, brillante y moralmente depravado, cuyo egoísmo es la verdadera maldición. Es un científico sin escrúpulos, más cercano al personaje de la novela en su arrogancia y falta de remordimiento que a la figura más trágica de Colin Clive en Universal. El monstruo de Lee, aunque menos articulado que en la novela, es una criatura patética y horrible, más un experimento fallido que una víctima de la sociedad. La película no escatimó en detalles gráficos para su época, y su uso del Technicolor para acentuar la sangre y los ambientes góticos fue revolucionario. Esta película fue fundamental para establecer el "horror gótico británico" y, en mi opinión, merece ser recordada como una de las interpretaciones más influyentes y atrevidas de la historia. Es un hito para entender cómo el cine de terror evolucionó y se hizo más explícito, y un excelente punto de partida para explorar el legado de Hammer Films. Su influencia en el género es innegable, y pueden leer más sobre ella y su impacto en Rotten Tomatoes.

Frankenstein: la verdadera historia (1973): fidelidad y exploración profunda

En 1973, en un formato de miniserie televisiva de dos partes (que a menudo se proyecta como una película larga), "Frankenstein: la verdadera historia" (originalmente "Frankenstein: The True Story") ofreció una de las adaptaciones más fieles y psicológicamente complejas de la novela de Mary Shelley hasta la fecha. Dirigida por Jack Smight y con un guion brillante de Don Bachardy y Christopher Isherwood, esta producción contó con un elenco estelar que incluía a James Mason como un Dr. Polidori siniestro, David McCallum como la Criatura y Leonard Whiting como un Víctor Frankenstein angustiado.

Lo más notable de esta versión es su enfoque en la evolución de la Criatura. Inicialmente, el Monstruo es hermoso y elocuente, un ser casi perfecto. Es solo el rechazo y el horror de Víctor, quien no puede soportar la "imperfección" de su propia creación y el miedo a ser descubierto, lo que lo lleva a deteriorarse física y mentalmente, transformándose gradualmente en el ser grotesco y vengativo que conocemos. Este detalle es crucial y a menudo pasado por alto en otras adaptaciones, pero es fundamental para la novela de Shelley. La película profundiza en la ambigüedad moral de Víctor, su arrogancia y su incapacidad para asumir la responsabilidad, lo que lo convierte en un personaje mucho más trágico y detestable. La estética es exquisita, con una atmósfera gótica melancólica y actuaciones potentes. Es una joya de la televisión que merece ser vista como una de las adaptaciones más inteligentes y matizadas de la historia, especialmente por su compromiso con la esencia trágica del original literario. Para aquellos que buscan una interpretación que se acerque a la profundidad filosófica de Shelley, esta es una elección imprescindible. Pueden explorar más sobre el talentoso elenco y la producción en Wikipedia.

Frankenstein de Mary Shelley (1994): la ambición de Branagh

En 1994, Kenneth Branagh, en la cima de su ambición cinematográfica, dirigió y protagonizó "Frankenstein de Mary Shelley". Esta adaptación de gran presupuesto prometía ser la versión definitiva, una epopeya gótica que restauraría la gravedad y el romanticismo oscuro de la novela original, con un reparto estelar que incluía a Robert De Niro como la Criatura, Helena Bonham Carter como Elizabeth y Tom Hulce como Henry Clerval.

La película de Branagh es un torbellino de emociones, una explosión de visuales grandilocuentes y una interpretación operística de la historia. Se esfuerza por ser fiel al espíritu del libro, mostrando el Monstruo como un ser inteligente y articulado que solo se vuelve violento tras sufrir un rechazo tras otro. La recreación del proceso de creación es visceral y repugnante, y la actuación de De Niro, aunque polarizadora en su momento, es una de las más conmovedoras del Monstruo, capturando su soledad y desesperación. Aunque la película recibió críticas mixtas por su tono excesivamente melodramático y la actuación a veces desmedida de Branagh, no se puede negar su audacia y su compromiso con la magnitud de la tragedia. A mi parecer, a pesar de sus imperfecciones, es una obra fascinante por su ambición y por intentar capturar la escala épica de la novela, algo que pocas adaptaciones han logrado con tanto despliegue. Representa un esfuerzo valiente por llevar la novela a la gran pantalla con toda su intensidad, y su legado sigue siendo objeto de debate entre los aficionados al género. Su ambición visual y temática la convierten en una pieza digna de redescubrimiento. Puedes encontrar un análisis detallado de su producción y recepción en The Guardian.

Frankenhooker (1990): el lado más bizarro del mito

Para aquellos que buscan una interpretación radicalmente diferente y francamente bizarra de Frankenstein, "Frankenhooker" de 1990 es una joya de culto que rara vez se menciona en las discusiones "serias" sobre el mito. Dirigida por Frank Henenlotter (conocido por sus películas de terror de bajo presupuesto como "Basket Case"), esta película es una comedia de terror absurda y de explotación que subvierte por completo las expectativas. La trama sigue a Jeffrey Franken, un joven que, tras la trágica muerte de su prometida Elizabeth en un accidente con una cortadora de césped, decide recrearla usando partes de cuerpos de prostitutas de Nueva York.

Esta película es un delirio total, un pastiche de gore, humor negro y sátira social. El enfoque de Henenlotter es irreverente y descarado, utilizando el mito de Frankenstein como un trampolín para una orgía de desmembramiento, explosiones de "supercrack" y una crítica mordaz (aunque a menudo burda) a la sociedad. La "criatura" resultante, interpretada por Patty Mullen, es una versión deforme y desconcertante de Elizabeth, con una personalidad fragmentada que refleja sus orígenes múltiples. Aunque claramente no es una película para todos los gustos y se aleja diametralmente de la seriedad filosófica de Shelley, "Frankenhooker" demuestra la increíble elasticidad del mito de Frankenstein. Es una prueba de que la historia del creador y su creación puede adaptarse a cualquier género, incluso al terror más descaradamente camp. Es una de esas películas que, una vez vista, es imposible de olvidar y que, a su manera extraña, contribuye a la riqueza del universo cinematográfico de Frankenstein. Es un ejemplo perfecto de cómo una historia clásica puede ser retorcida y convertida en algo completamente nuevo y perturbador. Si te atreves, busca críticas y reseñas de esta película de culto en The A.V. Club.

La perdurable relevancia de un mito

Las películas que hemos explorado demuestran que el mito de Frankenstein no se agota en las representaciones más conocidas. Cada una, a su manera, añade una capa más a la comprensión de esta historia intemporal. Desde el silencio pionero de Edison hasta la irreverencia de Henenlotter, pasando por la ambición gótica de Hammer, la fidelidad televisiva de Smight y la opulencia de Branagh, el creador y su criatura continúan siendo un lienzo en blanco para explorar nuestras ansiedades más profundas. La obsesión por la creación, la búsqueda de un propósito, el miedo a lo diferente y las consecuencias de nuestros actos son temas que resuenan hoy más que nunca, en un mundo donde la inteligencia artificial y la ingeniería genética nos empujan a confrontar preguntas similares a las que Víctor Frankenstein enfrentó hace más de dos siglos.

Conclusión

Explorar estas películas es un recordatorio de que el cine es un arte vivo, en constante diálogo con sus fuentes y su público. Al aventurarnos más allá de lo previsible, descubrimos no solo joyas olvidadas, sino también nuevas perspectivas sobre una de las narrativas más potentes y relevantes de la cultura occidental. Así que, la próxima vez que piense en Frankenstein, recuerde que hay todo un universo de interpretaciones esperando ser desenterradas, cada una ofreciendo una pieza única al mosaico de este fascinante mito. La experiencia de ver estas adaptaciones diversas es un viaje que enriquece nuestra comprensión del cine y de la condición humana.