Microsoft ha vuelto a romper Windows 11: mucho cuidado, ahora los teclados y ratones USB no funcionan si entras en este modo

En el universo de la tecnología, pocos eventos generan tanta expectación y, a la vez, tanta frustración como las actualizaciones de un sistema operativo tan omnipresente como Windows. Durante años, Microsoft ha prometido estabilidad, innovación y una experiencia de usuario fluida con cada nueva iteración. Sin embargo, la realidad, especialmente con Windows 11, ha sido a menudo un camino sembrado de baches inesperados. Recientemente, una nueva alarma ha saltado en la comunidad tecnológica, y no es para menos: usuarios de Windows 11 están reportando que, bajo ciertas condiciones críticas, sus teclados y ratones USB dejan de funcionar por completo. Este no es un fallo menor; es un obstáculo paralizante que afecta la capacidad misma de interactuar con el sistema cuando más se necesita, particularmente en escenarios de recuperación o diagnóstico. La situación es lo suficientemente grave como para exigir una atención inmediata y una comprensión profunda de sus implicaciones.

El contexto de un fallo crítico: cuando la recuperación se vuelve inaccesible

Microsoft ha vuelto a romper Windows 11: mucho cuidado, ahora los teclados y ratones USB no funcionan si entras en este modo

El problema reportado afecta a los periféricos USB —específicamente teclados y ratones— cuando el sistema operativo Windows 11 se inicia en modos de recuperación o de depuración. Hablamos de entornos como el Modo Seguro, el Entorno de Recuperación de Windows (WinRE) o incluso durante el proceso de instalación limpia si este se interrumpe de alguna manera. Estos modos son, por definición, las herramientas de último recurso de un usuario para diagnosticar y solucionar problemas que impiden el arranque normal del sistema o su correcto funcionamiento. Imaginen la situación: su equipo no arranca correctamente, o quizás una aplicación ha causado un fallo grave que requiere que reinicie en Modo Seguro para desinstalarla. Inicia el sistema en dicho modo, y de repente, ni su teclado ni su ratón responden. Es una paradoja frustrante; la herramienta diseñada para ayudarle a salir de un apuro le deja en un callejón sin salida aún mayor.

La dependencia de los periféricos USB es casi universal en la computación moderna. Los antiguos puertos PS/2, que ofrecían una interfaz directa y menos dependiente de los controladores del sistema operativo, han desaparecido casi por completo de las placas base actuales. Esto significa que la gran mayoría de los usuarios no tienen una alternativa sencilla para interactuar con su PC si los dispositivos USB fallan en estos entornos críticos. Este es el corazón del problema: no solo es un fallo, sino un fallo en un punto de control vital, dejando al usuario con un hardware inerte incapaz de recibir comandos. Es como tener un coche que no arranca y el manual de soluciones está dentro del coche, pero las puertas están bloqueadas.

Modos críticos y su dependencia

Entrar en el Modo Seguro de Windows es un procedimiento estándar para cualquier persona que necesite diagnosticar problemas con controladores, software malicioso o conflictos de sistema. En este modo, Windows arranca con un conjunto mínimo de servicios y controladores, ideal para aislar la causa de un fallo. De igual manera, el Entorno de Recuperación de Windows (WinRE) es un salvavidas que permite acceder a opciones avanzadas de arranque, restaurar el sistema a un punto anterior, reparar el inicio o incluso reinstalar Windows. Que precisamente en estos entornos, diseñados para ser robustos y accesibles, sea donde los periféricos USB dejan de funcionar, es un golpe bajo para la confiabilidad del sistema.

Desde mi punto de vista, la recurrencia de este tipo de fallos, que afectan a funcionalidades básicas y críticas, sugiere una posible debilidad en los procesos de control de calidad de las actualizaciones de Microsoft. No es solo que un controlador específico falle, sino que la integración del soporte USB, algo tan fundamental, pueda verse comprometida en entornos de bajo nivel. Esto genera una gran preocupación sobre la resiliencia del sistema operativo cuando el usuario más lo necesita.

Profundizando en el fallo: ¿qué está sucediendo exactamente?

Aunque Microsoft aún no ha emitido un comunicado oficial detallado sobre la causa raíz exacta de este problema particular, la experiencia con fallos similares en el pasado sugiere varias vías de investigación. El problema parece estar relacionado con la forma en que el sistema operativo inicializa y gestiona los controladores USB en estos modos restringidos. En un arranque normal, Windows carga una pila completa de controladores, incluyendo aquellos responsables de la detección y funcionamiento de los dispositivos USB. Sin embargo, en Modo Seguro o WinRE, se carga un conjunto mínimo de controladores para evitar conflictos. Es posible que los controladores USB genéricos o la infraestructura que los soporta estén ausentes o defectuosos en esta configuración reducida.

Otro vector podría ser un conflicto con las últimas actualizaciones del BIOS/UEFI o del firmware de los chipsets, que en ocasiones pueden interactuar de forma inesperada con las versiones más recientes de los controladores de Windows. También se ha especulado que podría estar relacionado con las políticas de energía o la forma en que los puertos USB son alimentados en estos estados de bajo consumo o restringidos. El hecho de que afecte a una gama diversa de dispositivos USB (ratones, teclados de diferentes fabricantes) sugiere que el problema no radica en un dispositivo específico, sino en un nivel más fundamental del sistema operativo.

Impacto en la resolución de problemas

El impacto práctico de este fallo es enorme. Si un usuario se encuentra en una situación en la que su PC no puede iniciar Windows normalmente y necesita acceder al Modo Seguro para diagnosticar el problema, se encontrará con un equipo que no puede controlar. No podrá seleccionar opciones en el menú de arranque avanzado, ni escribir comandos en la línea de comandos, ni navegar por el Explorador de Archivos para desinstalar un programa problemático. Esto convierte un problema de software en un bloqueo total del sistema, forzando en muchos casos una reinstalación completa de Windows, con la consiguiente pérdida de tiempo y, potencialmente, de datos si no se tienen copias de seguridad actualizadas.

Es una situación especialmente preocupante para usuarios menos experimentados o para aquellos que dependen de su equipo para el trabajo diario. Un fallo de esta magnitud puede traducirse en horas de inactividad, frustración y, en el peor de los casos, la necesidad de acudir a un técnico especializado, incurriendo en gastos inesperados. Crear una unidad USB de arranque de Windows es un paso preventivo útil, pero incluso esto requiere un teclado y ratón funcionales para navegar por la instalación.

Un historial de desafíos con las actualizaciones de Windows

Lamentablemente, este no es un incidente aislado para Microsoft y Windows. La historia reciente del sistema operativo de Redmond está salpicada de actualizaciones que, en lugar de mejorar la experiencia, introducen nuevos problemas. Desde la famosa actualización de octubre de 2018 de Windows 10 que eliminaba archivos de usuarios, hasta problemas con el rendimiento de los SSD, fallos de impresión, caídas de FPS en juegos, y un largo etcétera. La promesa de "Windows como servicio" ha traído consigo una cadencia de actualizaciones más rápida, pero también, aparentemente, una mayor susceptibilidad a introducir fallos que afectan a funcionalidades básicas.

Windows 11, en particular, ha tenido una trayectoria algo rocosa desde su lanzamiento. Si bien ha introducido mejoras estéticas y algunas funcionalidades útiles, también ha sido objeto de críticas por problemas de rendimiento en ciertos hardware, requisitos de sistema más estrictos y, sí, también por la inestabilidad ocasional de sus actualizaciones. Este patrón de "dos pasos adelante, un paso atrás" con cada parche genera una fatiga considerable en la base de usuarios, que se ve obligada a estar constantemente en guardia ante la posibilidad de que la próxima actualización cause más problemas de los que resuelve.

Personalmente, siento que la estrategia de Microsoft de empujar actualizaciones constantes, aunque buena en teoría para la seguridad y la innovación, a menudo sacrifica la estabilidad a largo plazo. Es fundamental que la compañía reevalúe sus procesos de prueba y lanzamiento para garantizar que problemas tan fundamentales como la operatividad de los periféricos en modos de recuperación sean detectados y corregidos *antes* de que lleguen a los usuarios finales. No se trata solo de corregir el bug, sino de restaurar la confianza.

Soluciones y mitigaciones provisionales: ¿qué podemos hacer?

Mientras Microsoft trabaja en una solución definitiva, los usuarios afectados o aquellos que desean prevenir este problema se encuentran en una situación difícil. Las opciones son limitadas, pero existen algunas estrategias que podrían ayudar:

1. Periféricos PS/2 (si los tienes)

Si tu placa base todavía cuenta con puertos PS/2 para teclado y ratón (algo cada vez más raro), estos dispositivos suelen funcionar independientemente de los controladores USB del sistema operativo, ya que la comunicación es más directa a nivel de hardware. Si tienes la suerte de poseer estos viejos periféricos, guárdalos como un kit de emergencia. Para la mayoría, esta no será una opción viable.

2. Acceso remoto

Si el problema no impide el arranque completo del sistema operativo pero sí el uso de periféricos USB en un modo específico, y tienes acceso a otro ordenador, podrías intentar usar herramientas de acceso remoto (como TeamViewer, AnyDesk o el propio Escritorio Remoto de Windows si estaba configurado y el servicio de red funciona). Esto, sin embargo, solo es útil si el sistema logra iniciar Windows normalmente y el problema se presenta solo en el entorno de recuperación, no si el PC no arranca del todo.

3. Periféricos inalámbricos con dongle propio

Algunos teclados y ratones inalámbricos utilizan un dongle USB que se comunica con ellos de forma propietaria y puede que no dependan tan estrictamente de los controladores USB genéricos de Windows en las etapas iniciales. No hay garantía de que funcionen, pero vale la pena probarlos si los tienes a mano. Los dispositivos Bluetooth suelen necesitar que el sistema operativo haya cargado los controladores Bluetooth, por lo que su funcionalidad en Modo Seguro es igualmente dudosa.

4. Reinstalar o restaurar desde una copia de seguridad

En el peor de los casos, si no puedes acceder a tu sistema para repararlo, la única opción puede ser una reinstalación limpia de Windows. Esto subraya la importancia crítica de realizar copias de seguridad periódicas de tus datos importantes. Utilizar un medio de instalación de Windows (USB o DVD) puede permitirte acceder al proceso de configuración, que podría tener un soporte USB más fundamental integrado que los modos de recuperación afectados.

Crear puntos de restauración de sistema de forma regular también es una excelente práctica. Si el problema se inició después de una actualización específica, un punto de restauración anterior podría deshacer el cambio. No obstante, esto requiere poder acceder al sistema para iniciar el proceso de restauración.

La postura de Microsoft y la necesidad de mejora

Es fundamental que Microsoft reconozca rápidamente este problema y trabaje en una solución prioritaria. La comunidad de usuarios está ya reportando activamente en foros, redes sociales y a través del Centro de Comentarios de Windows. La transparencia sobre la causa y el cronograma para un parche es crucial para mantener la confianza de los usuarios.

La empresa invierte miles de millones en el desarrollo de Windows, y sería esperable que los procesos de prueba fuesen lo suficientemente rigurosos como para detectar fallos tan impactantes en funcionalidades básicas. La introducción de bugs que paralizan la capacidad de recuperación del sistema es inaceptable en un producto maduro y omnipresente como Windows. La experiencia de usuario no solo se mide por la fluidez del día a día, sino también por la robustez y la facilidad de recuperación cuando algo va mal.

La importancia de la retroalimentación del usuario

Para los usuarios, la mejor acción es reportar este tipo de incidentes tan pronto como sean detectados. Cuantas más personas reporten el mismo problema a través de los canales oficiales de Microsoft, más rápido es probable que la compañía tome medidas. Proporcionar detalles específicos sobre el hardware, las actualizaciones instaladas y los pasos para replicar el fallo es de vital importancia.

En conclusión, este nuevo fallo en Windows 11 es un recordatorio de que, a pesar de los avances tecnológicos, los sistemas operativos modernos siguen siendo increíblemente complejos y susceptibles a problemas inesperados. Es un incidente que subraya la necesidad de una mayor vigilancia por parte de Microsoft en sus procesos de control de calidad, y por parte de los usuarios, la importancia de la prevención, las copias de seguridad y una sana dosis de cautela antes de instalar las últimas actualizaciones. Esperemos que este problema se resuelva con la celeridad que merece, y que sirva como una lección más para garantizar la estabilidad de un sistema que es la espina dorsal de la computación para millones de personas en todo el mundo.