El culebrón sobre la venta de TikTok en EE. UU. tiene fecha de fin: la app firma un acuerdo para evitar su prohibición



Desde hace años, la novela en torno al futuro de TikTok en Estados Unidos ha mantenido en vilo a millones de usuarios, creadores de contenido, inversores y, por supuesto, a las administraciones políticas de Washington y Pekín. Lo que comenzó como una preocupación latente sobre la seguridad de los datos de los ciudadanos estadounidenses ha escalado hasta convertirse en un intrincado drama geopolítico que ha puesto a prueba los límites de la soberanía digital y la interoperabilidad global en la era de la información. Ahora, el telón parece estar a punto de caer, o al menos de subirse para un nuevo acto, con la noticia de un acuerdo firmado que busca evitar la temida prohibición de la popular aplicación de videos cortos en el mercado norteamericano. Este desenlace no es meramente una transacción comercial; representa un punto de inflexión significativo en la relación entre la tecnología, la privacidad y la política internacional, marcando un precedente que sin duda resonará en futuras disputas sobre el control de la información digital. La magnitud de TikTok, con su influencia cultural y su vastísima base de usuarios, convierte este acuerdo en un hito crucial para entender cómo se configurará el paisaje tecnológico global en las próximas décadas.

<h2>La génesis de una pugna geopolítica</h2><img src="https://imagenes.20minutos.es/files/image_1920_1080/uploads/imagenes/2024/12/22/tiktok-eeuu.jpeg" alt="El culebrón sobre la venta de TikTok en EE. UU. tiene fecha de fin: la app firma un acuerdo para evitar su prohibición"/>

El surgimiento y la meteórica ascensión de TikTok han sido fenómenos sin precedentes en la historia de las redes sociales. Lanzada por la empresa china ByteDance en 2016 (como Douyin en China y TikTok internacionalmente en 2017), la aplicación rápidamente se hizo con una cuota de mercado asombrosa, especialmente entre la población joven. Su algoritmo de recomendación, extraordinariamente eficaz y adictivo, permitió que millones de usuarios descubrieran y crearan contenido de forma sencilla, transformándose en una plataforma cultural dominante en cuestión de pocos años. La capacidad de TikTok para generar tendencias, lanzar carreras de artistas y, en definitiva, moldear conversaciones culturales y políticas, la posicionó como un actor de peso en el ecosistema digital global. Sin embargo, su origen chino se convirtió en su talón de Aquiles en un momento de crecientes tensiones entre Washington y Pekín.

<h3>El ascenso imparable de TikTok y sus desafíos</h3>

Desde sus inicios, TikTok demostró una comprensión casi innata de lo que los usuarios querían: entretenimiento rápido, fácil creación de contenido y una puerta a una comunidad global. Esta fórmula mágica la diferenció de sus competidores, como Instagram o YouTube, que tardaron en adaptarse a la brevedad y espontaneidad que TikTok ofrecía. La aplicación se convirtió en un fenómeno global, expandiéndose a mercados clave como Estados Unidos, Europa y la India, acumulando miles de millones de descargas. Su influencia no se limitó al ocio; también se transformó en una herramienta de marketing poderosa y, en ocasiones, en un canal para el activismo social y político. Pero fue precisamente su éxito masivo y su procedencia lo que empezó a levantar sospechas y, finalmente, alarmas en Occidente. La idea de una aplicación, con acceso a datos sensibles de ciudadanos de naciones rivales, controlada por una empresa con sede en China, era una píldora difícil de tragar para muchos gobiernos.

<h3>Las preocupaciones de seguridad nacional y privacidad de datos</h3>

Las alarmas sonaron con particular fuerza en Estados Unidos. Las principales preocupaciones giraban en torno a la posibilidad de que el gobierno chino pudiera acceder a los datos de los usuarios de TikTok —incluyendo información de ubicación, historial de navegación, datos biométricos o incluso mensajes directos— o utilizar la plataforma para ejercer influencia o censura. Aunque ByteDance ha negado consistentemente estas acusaciones, afirmando que los datos de los usuarios estadounidenses se almacenan en servidores en EE. UU. y que nunca los ha compartido ni compartiría con el gobierno chino, la desconfianza ha persistido. La ley de Inteligencia Nacional de China de 2017, que obliga a las organizaciones y ciudadanos chinos a "apoyar, ayudar y cooperar con el trabajo de inteligencia nacional", ha sido un factor clave en esta desconfianza. Para muchos legisladores y funcionarios de inteligencia en Washington, la estructura corporativa de ByteDance, con sede en Pekín y sujeta a las leyes chinas, hacía inevitable la posibilidad de un control encubierto por parte del Partido Comunista Chino. Esta situación, en mi opinión, evidencia la complejidad de la ciberseguridad en un mundo interconectado, donde la soberanía de los datos se convierte en un campo de batalla geopolítico. <a href="https://www.cfr.org/blog/tiktok-and-us-national-security" target="_blank">Aquí se puede leer más sobre las preocupaciones de seguridad nacional de EE. UU. sobre TikTok.</a>

<h2>Cronología de un conflicto prolongado y sus actores</h2>

La saga de TikTok en Estados Unidos no es un evento aislado, sino la culminación de años de crecientes tensiones tecnológicas y económicas entre las dos mayores potencias mundiales. Este conflicto ha involucrado a múltiples administraciones presidenciales, legisladores de ambos partidos, gigantes tecnológicos y, por supuesto, a las propias empresas afectadas. La narrativa ha oscilado entre amenazas de prohibición total, negociaciones de venta forzosa y la búsqueda de soluciones intermedias que salvaguarden los intereses de seguridad sin estrangular la innovación ni la libre empresa.

<h3>Las administraciones estadounidenses en el punto de mira</h3>

La administración del expresidente Donald Trump fue la primera en tomar medidas drásticas contra TikTok. En 2020, emitió una orden ejecutiva que amenazaba con prohibir las transacciones con ByteDance, citando riesgos de seguridad nacional. Esta medida buscaba forzar la venta de las operaciones de TikTok en EE. UU. a una empresa estadounidense. Microsoft, Oracle y Walmart fueron algunos de los nombres que sonaron con fuerza como posibles compradores, inyectando un componente dramático a la historia. La presión de Trump, aunque finalmente no se tradujo en una venta completa ni en una prohibición efectiva debido a desafíos legales, sentó un precedente claro: la propiedad china de una plataforma tan influyente no sería tolerada.

Con la llegada de la administración de Joe Biden, el tono se suavizó ligeramente, pero la preocupación de fondo se mantuvo. Biden revocó las órdenes ejecutivas de Trump, pero instruyó al Departamento de Comercio a realizar una revisión exhaustiva de las aplicaciones que pudieran plantear riesgos para la seguridad nacional, especialmente aquellas con vínculos con "adversarios extranjeros". Esto indicaba que, si bien el enfoque podría ser menos confrontacional, la voluntad de abordar la cuestión de TikTok no había desaparecido. La amenaza implícita de una prohibición o una venta seguía flotando en el aire. <a href="https://www.reuters.com/business/media-telecom/timeline-us-concerns-about-tiktok-2023-03-24/" target="_blank">Una cronología detallada de los acontecimientos puede encontrarse en esta noticia de Reuters.</a>

<h3>Presiones políticas y el marco legislativo</h3>

Más allá de las acciones presidenciales, el Congreso estadounidense ha sido un hervidero de actividad en relación con TikTok. Legisladores de ambos partidos han expresado, de forma reiterada, sus temores sobre la aplicación. Varios proyectos de ley han sido presentados con el objetivo de empoderar al gobierno para prohibir o restringir aplicaciones de países considerados una amenaza, o específicamente a TikTok. El argumento central ha sido consistente: la protección de los datos de los ciudadanos estadounidenses y la seguridad de la infraestructura digital del país. Este consenso bipartidista subraya la seriedad con la que se toma el tema en Washington, trascendiendo las habituales divisiones políticas. Personalmente, me parece fascinante observar cómo la tecnología, que en principio debería ser apolítica, se ha convertido en una pieza central en la estrategia de seguridad nacional y en la disputa por la hegemonía global. Es un recordatorio de que en el siglo XXI, el poder no solo se mide en armas o economía, sino también en el control de la información y las plataformas que la distribuyen.

<h2>El acuerdo propuesto: detalles y expectativas futuras</h2>

Tras años de incertidumbre, el anuncio de un acuerdo parece marcar un punto de inflexión. Este pacto, en el que se rumorea que Oracle juega un papel fundamental, no implica una venta total de TikTok a una empresa estadounidense, sino una reestructuración operativa y de gestión de datos que busca mitigar las preocupaciones de seguridad nacional sin que ByteDance pierda el control de su creación estrella. La solución, si se aprueba, podría sentar un precedente para cómo las empresas tecnológicas de origen chino operan en mercados occidentales y viceversa.

<h3>El papel de Oracle y la reestructuración operativa</h3>

Aunque los detalles específicos del acuerdo suelen ser complejos y a menudo confidenciales hasta su aprobación final, las filtraciones y los informes sugieren que Oracle Corporation jugaría un papel crucial. La propuesta implica que Oracle almacenaría y gestionaría los datos de los usuarios estadounidenses de TikTok en servidores alojados en Estados Unidos. Más allá del almacenamiento, se espera que Oracle también revise el código fuente de la aplicación y sus algoritmos para asegurar que no haya "puertas traseras" que permitan el acceso o la manipulación por parte de entidades extranjeras. Esta estructura, a menudo referida como "Proyecto Texas", busca crear una barrera efectiva ("firewall") entre las operaciones de TikTok en EE. UU. y su empresa matriz en China, ByteDance. La idea es que la información sensible de los usuarios estadounidenses nunca salga del país y esté bajo la supervisión de una empresa estadounidense de confianza. Este tipo de acuerdos, aunque no son una venta completa, reflejan un cambio en el paradigma de la globalización tecnológica, donde la localización de datos y la supervisión de códigos se vuelven tan importantes como la propiedad. <a href="https://www.wsj.com/articles/the-deal-to-save-tiktok-in-the-u-s-11677618991" target="_blank">El Wall Street Journal ha ofrecido detalles sobre el acuerdo propuesto.</a>

<h3>Implicaciones para la comunidad de usuarios y creadores</h3>

Para la vasta comunidad de usuarios y creadores de contenido de TikTok en Estados Unidos, este acuerdo representa un suspiro de alivio. La amenaza de una prohibición, que habría cortado un canal vital de expresión y sustento para muchos, parece alejarse. Mantener la plataforma operativa significa preservar las conexiones sociales, las oportunidades de negocio y la libertad creativa que millones han encontrado en la aplicación. Sin embargo, no todo es un camino de rosas. La incertidumbre prolongada ha podido afectar la confianza y la inversión en la plataforma por parte de algunos. Además, la implementación de un acuerdo tan complejo podría tener implicaciones sutiles en la experiencia del usuario, aunque la meta es que estos cambios sean imperceptibles para la mayoría. En mi humilde opinión, la estabilidad a largo plazo es crucial para que los creadores sigan invirtiendo su tiempo y talento en la plataforma. Sin una resolución clara, muchos podrían haber buscado alternativas, lo que habría erosionado el valor de TikTok.

<h2>Más allá de la venta: soberanía digital y el futuro de las tecnológicas</h2>

La saga de TikTok es mucho más que la historia de una aplicación de videos cortos; es un microcosmos de desafíos más amplios que enfrenta el mundo en la era digital. Plantea preguntas fundamentales sobre la soberanía digital, la globalización de la tecnología y el equilibrio entre la innovación y la seguridad nacional. Este acuerdo, de concretarse, no solo resuelve un problema inmediato, sino que también establece un importante precedente.

<h3>El precedente para otras aplicaciones de origen extranjero</h3>

El desenlace de la historia de TikTok podría sentar una nueva norma para otras aplicaciones o empresas tecnológicas de origen extranjero que deseen operar en mercados sensibles como el estadounidense. Gobiernos de todo el mundo están cada vez más preocupados por la procedencia de la tecnología que utilizan sus ciudadanos y sus infraestructuras críticas. Este acuerdo podría inspirar modelos similares de "almacenamiento de datos local y auditoría de código" para mitigar riesgos percibidos. Esto podría llevar a una fragmentación de la internet global, donde las empresas se vean obligadas a adaptar sus operaciones y estructuras de datos a las regulaciones y preocupaciones de seguridad de cada país en el que operan. La visión original de una internet sin fronteras se enfrenta cada vez más a las realidades geopolíticas. <a href="https://www.atlanticcouncil.org/blogs/geoeconomics-in-the-time-of-covid-19/chinas-digital-sovereignty-ambitions/" target="_blank">El Atlantic Council ha analizado las ambiciones de soberanía digital de China.</a>

<h3>Una reflexión personal: un equilibrio precario</h3>

Como observador de la intersección entre tecnología y política, no puedo dejar de pensar en la delicadeza de este equilibrio. Por un lado, la necesidad legítima de los estados de proteger a sus ciudadanos y su infraestructura digital es innegable. Por otro, la prohibición o la injerencia excesiva en la operación de plataformas tecnológicas globales puede sofocar la innovación, limitar la libre expresión y, en última instancia, perjudicar la economía y la conectividad mundial. El desafío es encontrar soluciones que permitan a las empresas globales prosperar, sin comprometer la seguridad o la autonomía de las naciones. El acuerdo de TikTok, si bien no es perfecto, podría ser un modelo de cómo se pueden manejar estas tensiones en el futuro. Es un compromiso, una señal de que es posible encontrar una vía intermedia, aunque el camino hacia ella esté plagado de obstáculos y negociaciones interminables. Creo que el futuro de la tecnología global dependerá en gran medida de nuestra capacidad para forjar estos acuerdos complejos y pragmáticos. <a href="https://www.nytimes.com/topic/company/tiktok" target="_blank">Puedes encontrar más análisis sobre TikTok en The New York Times.</a>

<h2>Conclusión: ¿un nuevo capítulo o una tregua temporal?</h2>

La noticia de que TikTok ha alcanzado un acuerdo para evitar su prohibición en Estados Unidos es un desarrollo significativo que marca el fin de un capítulo particularmente tumultuoso. Este acuerdo, que probablemente implicará una reestructuración compleja de las operaciones de datos y una supervisión rigurosa por parte de entidades estadounidenses como Oracle, es un testimonio de la inmensa presión ejercida por el gobierno de EE. UU. y de la voluntad de ByteDance de encontrar una solución pragmática para mantener su presencia en uno de sus mercados más lucrativos y culturalmente influyentes.

Sin embargo, es importante abordar este desenlace con una dosis de realismo cauteloso. Si bien la amenaza inmediata de una prohibición se ha disipado, las tensiones subyacentes entre Estados Unidos y China en el ámbito tecnológico persisten. El acuerdo de TikTok no resuelve la cuestión más amplia de la soberanía digital o el control de la información en un mundo cada vez más polarizado. En mi opinión, este pacto podría ser más una tregua que una resolución definitiva, estableciendo un precedente que podría replicarse con otras empresas tecnológicas chinas que operan en Occidente. Los detalles de la implementación, la efectividad de los cortafuegos de datos y la transparencia de los algoritmos seguirán siendo puntos de escrutinio. La novela de TikTok ha llegado a su clímax, pero es probable que la historia de la geopolítica tecnológica siga escribiéndose, con nuevos personajes y tramas, en los años venideros. Este acuerdo es un paso adelante, pero la complejidad de los desafíos digitales que enfrentamos apenas ha comenzado a desplegarse.

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