El Vértigo Invisible: La Vanguardia Tecnológica Oculta en un Volante de Bádminton, según Carolina Marín

En el fascinante mundo del deporte de élite, a menudo nos deslumbran las proezas físicas de los atletas, sus estrategias geniales y la tensión palpable de la competición. Sin embargo, bajo la superficie de cada raquetazo, cada salto y cada punto decisivo, yace una intrincada red de ingeniería, ciencia y diseño. Pocos elementos lo encapsulan tan perfectamente como el aparentemente simple volante de bádminton, o “plumilla” como se le conoce popularmente. Este pequeño objeto, a primera vista una mera suma de plumas y corcho, es en realidad una obra maestra de la aerodinámica y la ingeniería de materiales, capaz de desafiar los límites de la velocidad. Precisamente, ha sido la triple campeona del mundo y medallista olímpica, Carolina Marín, quien ha levantado el telón sobre la complejidad oculta de este componente esencial de su deporte, revelando cómo la innovación tecnológica permite que el récord de velocidad de un golpe pueda alcanzar la asombrosa cifra de 565 kilómetros por hora.

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