La internet hostil y el nostálgico regreso a MySpace
    
    Recordemos los albores de la internet, ese vasto océano de información y conexión que prometía unir al mundo. Nos ilusionábamos con un espacio donde las distancias se acortaban, el conocimiento fluía sin barreras y las comunidades florecían alrededor de intereses compartidos. Sin embargo, lo que una vez fue un faro de posibilidades, parece haberse transformado, para muchos, en un campo de batalla digital, un lugar donde la toxicidad, la polarización y el acoso son la norma más que la excepción. El idílico ciberespacio se ha vuelto, paradójicamente, un desierto emocional para muchos, empujándolos a buscar refugio en rincones inesperados. Y es en este contexto donde surge una tendencia, más simbólica que literal quizá, pero reveladora al fin y al cabo: el anhelo de volver a plataformas que representen la sencillez y la autenticidad perdidas. MySpace, el otrora gigante de las redes sociales, emerge en el imaginario colectivo no como una solución tecnológica puntera, sino como el eco de un tiempo más inocente, una especie de cápsula del tiempo que nos transporta a una era donde nuestra identidad digital se sentía más propia, menos mercantilizada y, sobre todo, menos vulnerable a la constante agresión que caracteriza a la internet actual.